ELLA también se cansó, un día. Recogió toda la madera que halló y construyó una pequeña barca y unos remos. Con diarios viejos y pegamento fabricó las velas. Reunió todas las lágrimas que por tanto tiempo y por toda la casa había derramado, y luego las arrojó al suelo, inundándolo todo. Subida a su barquito, se alejó por esa mar de llanto hacia el horizonte infinito, risueña.