Por: La voz de la Mujer – Fm. Gente de Radio –
Por el poder que nos hemos autoconferido, invocamos «a todas nuestras hermanas brujas, las primeras guerrilleras y luchadoras de la resistencia a través de todos los tiempos» y reivindicamos la sabiduría femenina, la maldad femenina, la fealdad, la rareza, la extravagancia, el bizarrismo, la hipertrofia y la multiformidad
Reivindicamos a las mujeres barbudas, a las sucias, a las abuelas con perfume del todo a 100, a las malolientes y hediondas, a la femme fatal de paso firme, a la camionera de pelo en pecho. Reivindicamos los pelos del sobaco y los coños depilados.
Reivindicamos nuestro derecho a quemarlo todo, a crearlo todo, a ser las mujeres que nos de la gana, a ser lo que nos de la gana, a inventarnos y reiventarnos una y otra vez.
Reivindicamos nuestro derecho a no sentir miedo, a provocar miedo, a subvertir, transgredir, desordenar, desbaratar.
Reivindicamos nuestro derecho a desobedecer.
Reivindicamos nuestro derecho a equivocarnos, a garabatear nuestro deseo cómo y las veces que nos de la gana, a penetrarnos las orejas, a dildearnos el ombligo, a vender nuestros anos, a manipular nuestros cuerpos – cuerpos que son campos de batalla -, a masturbarnos hasta el infinito.
Do it yourself! (¡Hazlo tu misma!)
Reivindicamos el ser antipáticas, el ser amorosas, ser duras como las piedras o blandas como los mocos, firmes como una verga erecta, suaves y resbaladizas como la sangre menstrual.
Porque la brujería es rebelión, porque la brujería es poder, porque la brujería es nuestra historia.
¡Porque brujas somos todas!
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