Por: Campaña Abolicionista Ni una mujer más víctima de las redes de prostitución.
p. La salud de las mujeres se ve profundamente afectada por sus condiciones de vida, tanto en aspectos físicos, como psicológicos y sociales.
p. El derecho a decidir sobre el propio cuerpo implica que el mismo es inseparable de nuestra humanidad. Somos una unidad de la que no puede ser escindido. El cuerpo no es algo externo a nosotras, que podemos vender o alquilar en todo o en parte en el mercado de la prostitución o de los vientres de alquiler, sin consecuencia alguna.
p. Se hace indispensable, ante la banalización patriarcal capitalista neoliberal, que convierte todo en mercancía, hablar de los daños que produce la prostitución en la vida y la salud de las personas prostituidas.
p. Así, el trastorno de estrés postraumático resulta de una intensidad similar a la de los ex combatientes o de las personas que han sufrido torturas. La identificación con el agresor, la baja autoestima, el sentimiento de desvalorización, la disociación, las angustias, adicciones, depresiones, dolores psicosomáticos, enfermedades de transmisión sexual, hepatitis B y C, infecciones vaginales recurrentes, son algunos de los daños detectados en su salud.
p. En estas condiciones, resulta imposible y cínico hablar de la prostitución como elección o como trabajo.
p. Por ello, luchamos por la abolición del sistema prostituyente y por la restitución de derechos a las personas prostituidas.
p=. POR NUESTRA SALUD, NUESTRA LIBERTAD Y NUESTRO PLACER
NI MERCANCÍAS – NI INCUBADORA