Una propuesta desde los DDHH: Campaña Abolicionista Nacional “Ni una mujer más víctima de las redes de prostitución”

(Neuquén) El viernes 14/09/2018 presentamos el libro «Prostitución y Trata. Herramientas de lucha abolicionista»  realizado por la Campaña Abolicionista «Ni una mujer mas victima de las redes de prostitución» de la que formamos parte desde 2015, editado por Librería de Mujeres Editoras en Julio 2017 en la  Sala Alicia Fernandez Rego, con entrada libre y gratuita.

Ponencia de Marcela D´Angelo (*)

Estoy aquí como integrante de la Campaña Abolicionista Nacional “Ni una mujer más víctima de las redes de prostitución”, una organización en la que se articulan colectivas feministas y mujeres feministas independientes, compartimos este espacio con la Asociación de Mujeres Argentinas por los DDHH y Asociación Nacional Abolicionista cuyas integrantes han estado o están en situación de prostitución y que son abolicionistas, crecimos juntas y en sororidad pensamos juntas. Somos auto organizadas y autofinanciadas por elección ya que no queremos que se nos condicione la palabra, en temas tan graves para la construcción de una sociedad mejor. Hace más de 11 años que, a partir de las primeras reuniones, decidimos realizar una construcción permanente para llevar adelante esta lucha. Hoy tenemos presencia en varias regiones de nuestro territorio.

En la Campaña, trabajamos las desapariciones de mujeres y niñas, de trata de personas para la explotación sexual, interpelando fuertemente a la Institución de la prostitución como una institución de violencia fundante, sostén del heteropatriarcado. En alianza con el capitalismo –en especial, en esta etapa del neoliberalismo–, esta institución se ha convertido en una industria, la Industria del “ocio” o la Industria de la vagina, como la llama Sheila Jeffreys. Hablamos del Sistema Prostituyente, integrado por proxenetas, tratantes, fiolos, personas prostituidas, prostituyentes (mal llamados “clientes”), cadenas de hoteles, redes de taxis, funcionarios del Estado (como cómplices), sindicatos que promueven que se acepte como un “trabajo como cualquier otro”, y toda la sociedad que naturaliza.

En este marco, realizamos la construcción de teoría, que se ve reflejada en nuestros volantes, nuestra revista (agotada) y nuestro libro, así como en charlas, talleres, acciones públicas y participaciones en mesas y encuentros. Sin duda, nuestro esfuerzo más significativo son las Jornadas Abolicionistas, que hemos realizado en diversas partes del país: 5 jornadas nacionales y 1 regional. Fruto de la 5ta. Jornada Abolicionista Nacional realizada en Santa Fe es este libro que hoy estamos presentando: Prostitución y Trata. Herramientas de lucha abolicionista.

¿Qué es la prostitución?

La prostitución es el sexo entendido como dominación, como violencia, como forma de afirmar la condición de macho en un sistema jerárquico de varones como lo es el patriarcado. Es una Institución del heteropatriarcado y el neoliberalismo que se construye sobre la desigualdad de clase y de género. Es un “privilegio masculino”, un comercio entre varones de mercancías humanas (previamente deshumanizadas) que se ofrecen: mujeres, niñas/os, travestis y personas trans, captadas mediante la pobreza y la concepción de que siempre tenemos un cuerpo de mujer para poder subsistir con los dineros que ellos tienen y nosotras, no. Todo esto, combinado con la violencia, la discriminación racial y el engaño en sus múltiples facetas. La prostitución necesita la sumisión de la sujeta a consumir: “… (aquí tomo las palabras de Lohana Berkins) “si no aceptas sus violencias, te dirá: ‘¿Te hacés la putita difícil? Andate que atrás tuyo tengo muchas que hacen lo que yo quiero’”.

La trata es consecuencia de la existencia de la Institución de la prostitución, porque somos muy pocas las mujeres que “deseamos” incorporarnos a esta violencia y, entonces, deben funcionar redes de captación para tener siempre stock a pedido y satisfacción del “consumidor” para ofrecer.

El Prostituyente

El prostituyente siempre es varón, aun en la prostitución de varones. Es un varón educado en la pornografía, que es el aprendizaje de un sexo violento autorreferencial y en el que las mujeres estamos representadas como disfrutando de actos de violencia.

Este varón (al cual, intencionadamente, se lo denomina “cliente” para hacerle desaparecer el estigma de protagonista de escenas de tortura y sufrimiento) es el que es festejado y celebrado cuando se declara “consumidor”, ese que hace crecer su condición de macho alfa cuando cuenta en ronda de “frates” que fue violento y no tuvo piedad. Ese que es hecho “debutar” en un prostíbulo porque se teme más que sea gay, a que sea violador. Ese que alardea de cogerse niñas, sin importar la edad que ellas tengan.

Sin demanda, no hay ni prostitución ni trata.

El “menú” prostituyente

  • Sexo oral con o sin protección tragando o no el semen.
  • Sexo vaginal con o sin protección.
  • Sexo anal con o sin protección.
  • Servicio completo, que es todo al mismo tiempo.
  • Eyaculación en la cara.
  • Sexo en grupo.
  • Una mujer con dos hombres.
  • Lluvia dorada, es decir, mear sobre o hacerse mear.
  • Lluvia marrón, es decir, defecar sobre o hacerse defecar encima.
  • Lamer el ano.
  • Actos sádicos, como atar, pegar, torturar.
  • Preferencia de una travesti o trans, que puede ser pasiva o activa.
  • Preferencia de una menstruante.
  • Preferencia de embarazadas.
  • Preferencia de discapacitadas.
  • Preferencia de menores… muy difundido….por nombrar solo algunas de las violaciones que integran esta violencia.

Todo esto repetido 20 o 30 veces por día con tipos –limpios o sucios, borrachos o sobrios, violentos o delicados– pero que, en definitiva no los conocen, ni desean. Y todo sucede bajo el férreo control de las mafias proxenetas, y con las consecuencias de los estragos físicos y psicológicos que padecen esas mujeres, niñas/os, travestis y trans.

¿Qué sexualidades miserables estamos fomentando como sociedad?

Yo digo que esto no puede ser nunca un trabajo… Eso decimos las abolicionistas.

Pero de esto no se habla. No se habla de los “señores” que hacen estas barbaridades y que son nuestros seres queridos, nuestros compañeros de trabajo y de militancia, los jueces, los políticos de todas las ideologías, los funcionarios y curas de todas las religiones. Paradójicamente, en todo el sistema prostituyente, la única que es interpelada por la sociedad y juzgada es la persona prostituida.

Después de estas descripciones, ¿vamos a seguir creyéndonos el cuento de la “puta feliz”? Para percibir la situación de violencia en la que está inmersa una persona en situación de prostitución, debe poder “escapar” de sí misma, y del “socio” inserto adentro (Marlene Wayar). Esto nos debería hacer comprender por qué tantas mujeres, travestis y trans se autoperciben como “eligiendo”.

La institución de la prostitución en sí misma es imposible de aceptar porque, mientras siga existiendo, no habrá igualdad para las mujeres, ni para las personas travestis y trans. La prostitución no es un problema de alguna que “le gusta” (si es que la hubiere) , es un problema social, construye cosificación por afuera de ella misma y maneras de relacionarse, de entablar acuerdos sexuales que no son ni igualitarios, ni consensuados, ni siquiera dialogados. La prostitución institucionaliza una mirada y nos dice “todas las mujeres pueden ser prostituidas” (mujeres, niñas/os, travestis y trans) y también “todos los varones pueden ser prostituyentes”. Es un permiso de cosificación.

Mientras exista la cosificación de colectivos enteros, no se podrá acabar con las violencias, ni con los femicidios, ni con los travesticidios: precisamente, estos ocurren porque los varones reclaman titularidad sobre cuerpos que creen que les pertenecen. La misma pertenencia que realizan alquilando vientres de mujeres pobres… y tantos otros mandatos que se nos imponen sobre cuerpos antes inferiorizados.

Hay un escrito de la Dra. Ingeborg Kraus: “El modelo de prostitución alemán está creando un infierno en la tierra”, que nos habla del modelo alemán que legalizó la prostitución en 2002. Es bueno leerlo..

Por otra parte, el hecho de prostituir niñas y niños ya es una realidad en nuestro país. La prostitución es cada vez más pedófila; en nuestros barrios, desaparecen adolescentes y niñas/ os diariamente. Circula en las redes, un estudio “académico” sobre cómo reglamentar la prostitución desde los 10 años, difundido por la Red Global de Trabajo Sexual (www.hivgaps.org).

El lobby proxeneta

La “Industria de la prostitución” despliega campañas publicitarias muy eficaces, invierte mucha plata con mensajes específicos para seducir a cada colectivo de las bondades de una prostitución romantizada y adaptada a la representación y a la temática que cada cual impulse. Ante las feministas, se evoca el “derecho al propio cuerpo”. A los anticapitalistas, se les habla de “autorganización”. A los sindicalistas de protección y derechos laborales. A la sociedad, que naturaliza, les habla de la inferiorización por la falta reconocimiento de la prostitución como “un trabajo como cualquier otro”.

Para ello, se vale de burócratas pagas y académicas que construyen currículo y prestigio a su amparo. Nunca un varón prostituyente que diga: “Yo defiendo mi derecho a prostituir personas”. Nunca un proxeneta que diga: “Yo quiero lucrar con cuerpos convertidos en mercancías”. Siempre se apela a esa construcción, arraigada en la sociedad, del discurso “naturalizador”, “cómodo”, que desculpabiliza a toda la sociedad bajo cuya pasividad se desarrollan estas violencias. No se habla de estos temas que hoy les cuento. Es una “Industria” que genera inmensas ganancias sostén del neoliberalismo y que está en expansión.

Por qué nuestra campaña es una propuesta desde los DD. HH.

Las abolicionistas nos referenciamos en el modelo nórdico, que protege a las personas prostituidas, penaliza al cliente y a los proxenetas y propone un cambio cultural. No queremos que las personas prostituidas sean perseguidas y es por ello que luchamos hace muchos años contra los códigos contravencionales que penalizan a las personas en situación de prostitución. Recientemente hemos logrado que se saque en Prov. De Bs As el art 68 que las penalizaba, gracias al trabajo aunado de nuestras compañeras Marta Fontenla, Graciela Collantes con AMADH  y en alianza con otras colectivas feministas abolicionistas. Exigimos que las mujeres en estado de vulnerabilidad sean sostenidas y que se les garantice sobrevivencia. Exigimos garantía de educación, vivienda y salud. Exigimos reparación y restitución de derechos cercenados para las que quieran salir de esta violencia, así como políticas públicas para proporcionar aprendizajes e inserción laboral a toda persona en estado de vulnerabilidad, educación y cambio cultural desde la escuela y los medios para combatir la desigualdad y la discriminación.

Lo cierto es que nosotras analizamos que mientras exista la prostitución la igualdad no será posible. Todos y todas nacemos con derechos inalienables como personas que no pueden ser renunciados. Son derechos que son propios de las personas por el solo hecho de haber nacido humanas. El consentimiento en su violación no es más que conformidad a la dominación. Conformidad y retransmisión que necesitan todos los sistemas de dominación para seguir adelante con las violaciones y las violencias.

Al principio, dije que el patriarcado y el capitalismo en su máxima expresión (es decir, el neoliberalismo) son el sustento en el que se basa la institución de la prostitución. Pues bien, tanto el capitalismo como el patriarcado son dos sistemas de dominación. El consentimiento no es aceptable en ningún caso frente a una violación de derechos fundamentales. Porque no puede darse una actividad, cualquiera que sea, por debajo de un umbral de reconocimiento de derechos humanos, cuya ausencia constituye la característica fundamental de la prostitución.

Por todo esto, exigimos el derecho a no ser prostituidas.

Ante el peligro de la poderosísima “Industria del sexo”, decimos que la abolición del sistema prostituyente es la única solución que contempla el respeto de los derechos humano en una sociedad en la que las diferencias no nos condenen a las desigualdades.

(*) Feminista integrante del Seminario de DDHH con perspectiva de género de la Fac. de F y L – UBA articulando en Campaña Abolicionista Nacional.

Foto: Juan C. Pereyra

 

3 thoughts on “Una propuesta desde los DDHH: Campaña Abolicionista Nacional “Ni una mujer más víctima de las redes de prostitución”

  1. Hola lei lalas ponencias abolicionistas. Respecto de Marcela D’Angelo, ella dice que quieren reglamentar la prostitucion desde los 10 años y da un link para corroborar sus dichos. Fui a ese sitio, que resulta ser de prevencion del VIH, no encontre nada sobre reglamentacion.
    Me pueden aclarar de donde sale esa informacion?

    1. Hola Lucia! te dejamos un párrafo y un link donde encontrarás la información a la que hace referencia nuestra compañera disertante Marcela D’Angelo.
      «Introducción
      Las personas jóvenes con edades entre 10 y 24 años se ven desmedidamente afectadas por la epidemia del VIH y quienes de entre ellas integran poblaciones clave (PC) soportan una pesada carga de infección por VIH. Debido a la discriminación, el estigma y las leyes que criminalizan sus comportamientos y los castigan, las personas jóvenes sufren de un y reproductiva (SSR) y a servicios de VIH, lo cual compromete su de otras infecciones de transmisión sexual (ITS). Las personas jóvenes que venden sexo sufren un impacto desmedido a manos de la infección del VIH. http://www.nswp.org/sites/nswp.org/files/guia_comunitaria_personas_jovenes_que_ejercen_trabajo_sexual_nswp_-_2016.pdf
      Gracias por tu interés y comunicarte!
      kasandrxs

    2. Estimada Lucia es verdad que la lucha por el VIH es tomada como «excusa» o «argumento» para la reglamentación ..como anteriormente en nuestro país se han tomado las Enfermedades de transmisión sexual y con esa «pantalla» se reglamento efectivamente. te cuento que fue un fracaso rotundo. En cuanto al sitio que referencié y que efectivamente propone la reglamentación desde los 10 años lo puedes encontrar en google: «www.hivgaps.org Consideraciones legales para Personas Jóvenes que Ejercen Trabajo Sexual «…te aparecerá el escrito. Es muy importante que dimensionemos el despropósito que significa naturalizar una violacion tan evidente de DDHH. Gracias por preguntar porque quizá le sirva a muchas/os/es para reunirse con estas informaciones. Marcela

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