Porque la represión fue deliberada y organizada, habiendo empezado los gases y las balas de goma desde el primer acercamiento de la protesta a las vallas.
Porque el jefe de seguridad sostiene que fue una represión preventiva. Cabe preguntarse, desde la mentalidad de los sectores oficialistas, si se consideran las represiones como buenas o malas.
Porque ideológicamente la represión de Neuquén fue un escarmiento para poner sobre aviso qué les sucederá a todos los que quieran manifestarse contra estos proyectos de entrega.
Porque después de los palos, de los gases lacrimógenos, del gas pimienta, de las balas de goma, las de plomo, de muchos heridos, algunos medios califican el suceso como disturbio.
Porque el gobernador de Neuquén Jorge Sapag destaca el accionar de la policía argumentando profesionalismo.
Porque la represión de una protesta legitima es una ofensa a los derechos humanos.
Porque los derechos humanos no son un slogan, son derechos que están por encima de colores políticos.
Rechazo al pacto YPF- Chevron.
Por no respetar la voluntad de las comunidades convocando a audiencia pública; violando el Convenio N°169 de la OIT y la Declaración de las Naciones Unidas sobre Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas.
Por violar la ley nacional de medio ambiente en sus artículos 19 y 21; y por la gravedad de omitir el principio precautorio: “Cuando haya peligro de daño grave o irreversible la ausencia de información o certeza científica no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces, en función de los costos, para impedir la degradación del medio ambiente”.
Por violentar la Constitución Nacional Argentina.
Porque el problema no es solo con la empresa Chevron, sino con la política que lleva adelante este gobierno que, igual que con la política minera y de los agronegocios, dice una cosa y hace exactamente lo contrario.
Por hacer caso omiso a los informes que demuestran que el fracking es un método desesperado y socialmente suicida.
Porque el gobierno nacional permitió el indulto a Chevron, al no adherir al pedido formal del gobierno ecuatoriano para condenar a la empresa por ecocidio y genocidio en aquel país.
Porque se trata de un proyecto secreto, ya que se ha negado la información a toda la sociedad, incluyendo el sector político y científico, impidiendo así el derecho a decidir de los pueblos.
Por condenar a los pueblos con un modelo económico desesperado, dejando de lado la posibilidad de pensar sobre el cambio de matriz energética.
Porque el agua que va a usar Chevron es un bien común y la van a devolver contaminada.
Porque la votación en la legislatura de Neuquén se realizó mientras seguía la represión, demostrando una vez más su desinterés hacia el pueblo que representa.
Porque la explotación de Vaca Muerta es un ejemplo evidente de mal desarrollo, que deja en claro que si hay zonas de sacrificio, hay gente sacrificable.
Por todo lo anterior declaramos PERSONAS NO GRATAS a:
A los funcionarios del gobierno nacional que impulsaron este proyecto.
Al gobernador de Neuquén, Jorge Sapag.
Y los siguientes legisladores neuquinos que permiten que su representación sea un sinónimo de traición:
MPN: – José Russo – Raúl Bétiga – Angélica Carnaghi – Eduardo Della Gáspera – Silvia De Otaño – Claudio Domínguez – Eduardo Enriquez – Néstor Fuentes – Darío Mattio – Graciela Muñiz Saavedra – Luis Sapag
FpV y PJ: – Amalia Jara – Sergio Rodríguez – Luis Sagaseta – Pablo Todero
Frente y la Participación: – Pamela Mucci – José Rioseco
Frente Grande y Nuevo Encuentro: – Raúl Podestá – Rodolfo Canini
Aliados: – Fernanda Esquivel (Unión Popular), – Ana María Baeza (Federalismo y Militancia), – Gabriel Romero y Sergio Gallia (Nuevo Neuquén). – Ricardo Rojas (MID) – Dario Lucca (Fym)
Desde la UAP sostenemos que la lucha continúa sin pausa contra el saqueo y la contaminación.
Nuestra postura es por una vida digna.
Sin megaminería.
Sin fracking.
Sin agrotóxicos.
Sin represión.
El agua y la vida no se negocian.
30 de agosto de 2013