Tiempo de encuentro-Mar del Plata-Argentina-

“Se puede en una lágrima inventar un mar que contagie. Se puede detener el andar imaginando pisadas, ausentes. Y…todos los esfuerzos por mentirnos, no harán sino más que saciar de vacío el vacío que contiene el espacio reservado para la vida.

Hay un talle único donde cabe toda la fe. En ese hueco de piel y huesos se puede invadir la soledad y cortar el silencio, cuando suena en su interior la carcajada estruendosa que se ríe de uno mismo.

La alegría le da sentido a lo inalcanzable. La alegría es la mejor armadura para desarmar al victimario y, ella sola es capaz de detener la inexorabilidad del tiempo y congelar el miedo. Tal vez el hombre no pueda agitar sus brazos y surcar el cielo, si, en cambio, convertir sus dedos en los astiles que tracen el universo de sus esencia alada. Cuando se elige minuciosamente el estambre que habrá de paralelizarse al hilo de otra alma, y se construye la urdimbre de la que será una obra auténtica, se puede tejer un abrigo infinito y eterno.

El destino quizás pueda regalarnos un sábado, tal vez hasta nos diga cuántos. La hora, sin embargo, solo será propicia cuando nos demos cuenta de que nuestras incapacidades son nada, si aprendemos a reírnos de ellas. Pero…un lunes…un sábado…cada día, nuestras minúsculas capacidades quietas, deberían avergonzarnos.”

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