Acabo de saber por su madre que mañana Nino cumpliría 17 años. Cumpliría si una bala de un arma de un policía de Río Negro no hubiera echo estallar su cuerpo otro 17, el de junio. Cumpliría si un policía, Carrizo, ex comisario de la 28, hubiera actuado profesionalmente sin atacar al pueblo dolorido por el crimen de Diego.
Nino cumpliría 17 si los jefes de Carrizo los policiales y los políticos no hubieran actuado con desprecio y racismo, si hubieran mirado un milímetro por encima de la campaña re-electoral y hubieran actuado apegados al estado de derecho.
La bala del arma que mató a Nino; el arma que mató a Nino; el policía que disparó el arma que mató a Nino, todos siguen clandestinos, ocultos, perversamente anónimos, protegidos, impunes, libres porque para el poder Nino no tiene nombre, cara, identidad ni peso electoral.
La mamá de Nino, la hermana de Nino, el tío de Nino, los amigos de Nino, aún los que no lo conocimos mantendremos en la intimidad y en las calles lo mejor de este pibe que mañana no podrá cumplir 17 años. De eso nos ocupamos nosotros.
Ustedes ocupensen de identificar a el o los asesinos de Nino y Sergio, ocúpense de peritar las balas, de interrogar hasta dar con todos responsables, de dejar de perder/ganar tiempo.
No acepto que el ex comisario Carrizo vuelva a “trabajar” como si nada;
no acepto que el repartidor de municiones Avallay vuelva a “trabajar” como si nada;
no acepto que el secretario de Seguridad de la provincia mantenga su sonrisa de hiena como si nada;
no acepto que tengamos que convivir con los asesinos de Nino y Sergio sin saber si los cruzamos en el super, en el bondi, en la plaza.
yo no olvido ni perdono ni aceptaré jamás la cruel idea que hay muertos que valen menos que la balas que los matan.
un abrazo