Septiembre 21, del año 2005, en Plaza Francia, Recoleta, Buenos Aires. Temperatura: 19 grados. Soleado sin nubes desde las 2 de la tarde. Esta mañana estaba por llover.
Estos muchachos…me desalojaron de mi árbol. Bueno, no. En realidad, los dejé.
Espero que me lo dejen limpio, y ordenado.
Aquí vengo por las tardes de sol. Me gusta aquí. No soy sonso pa` elegir lugares…
Si…Los dejé…
Hoy empieza la primavera. Y yo…soy un borracho. Borracho, pero tengo mi corazoncito.
Me hubiese gustado hacer el secundario. Divertirme con mis compañeros de clase. Tener una noviecita y besarnos descaradamente en el parque como ahora lo hacen ellos… pero eran otras épocas… y ahora…
Ahora miro la vida color bordó.
Sí, desde una botella de tinto.
Me gusta verlos, pero ellos, ni me ven.
Soy transparente.
Ni una mirada de desprecio siquiera.
No existo. Y eso duele.
Van llegando, así… , de a poco y en grupitos. Se acomodan en el pasto, uno al lado del otro. Hacen picnic, como yo todos los días. Llenan de música todo el espacio. ¡Hasta los muertos del cementerio tendrán los oídos inflamados!
Hoy es diferente. Llegó mucha gente… distinta de la que viene por aquí .No son de aquí. Ayer también vinieron. Llevaban zapatillas, pantalón y remera de algodón, como la mayoría en primavera. Pero son diferentes. Cabellos opacos. Las chicas con aros grandes, de colores, artesanales. Hermosas. Ellos, algunos de pelo largo oscuro, atado como los piratas. También había rubios de ojos celestes, cabellera opaca. Piel curtida por el sol.
Hablaban a los gritos a veces -como los chicos que no me ven.
Se reían a las carcajadas, con pocos dientes.
Llegaron todos juntos. Familias, hasta con bebés. Se reunieron junto a la entrada del Palais de Glace -lugar de tango prostibulario de la alta sociedad del siglo pasado dicen, hoy centro de muestras de arte.
Algunos me miraron y me saludaron, como si me conocieran. Saludé. Soy educado.
Y allí estuvieron tomando mate, comiendo bizcochitos que hacen en su MTD –me convidaron-, cantando y bailando en homenaje a dos chicos que mató la policía: Darío y Maximiliano. Lindas canciones, aunque algunos cantitos… con palabrotas. Y no suena lindo, aunque rime, la palabra puta en los insultos. Las putas, pobres minas, son mujeres explotadas.
Hoy es día de la primavera, del amor, de los estudiantes, de los artistas plásticos… y de frustrados artistas como yo, también.
Me quedé con la poesía del vino. Tinto. ¡Cómo me gustaba escribir poesías de amor en las paredes y en las puertas! ¡Con una tiza, o con corcho quemado o un palito hiriendo la pared! A la noche, cuando todo el mundo dormía.
Estaban junto a la entrada principal. A la muestra que inauguraron ayer en homenaje a los chicos asesinados, se entra por la puerta de atrás…por donde entra el personal de servicio. ¿¡Qué raro no!? Me extraña, porque los artistas que hoy entraban por la puerta principal al Salón Nacional, ayer entraron por la de atrás… con los piqueteros. Hasta los pintores dijeron discursos, muchas palabras. Hoy ni los miraron, como a mí. Soy el hombre invisible…sí , nunca me ven los que entran al Palais.
No entiendo, ayer estuvieron reunidos. Hoy ninguno se quedó a escuchar su música y canciones, creadas por ellos mismos en el MTD, ni a bailar con ellos para sacarse las penas. Y que yo sepa, no se pelearon. Quizás no tengan penas. Me dijeron que a la gente que estaba en la muestra- homenaje a los chicos, los guardias no les permitían pasar a la otra sala. De un lado los perfumados, del otro… los de aroma a leña.
Y…si, entiendo… se entregaban premios. Y los de ese lado, estaban vestidos de gala, llevaban todos los dientes –algunos postizos supongo, pero los tienen-, con perfumes caros, y sin ese olor a humo piquetero, ni el cabello opaco.
Ni sus necesidades. Ni su ingenuidad.
¡Pobres los pobres! Pronto serán las elecciones. Caras sonrientes, peinadas, de traje, ya se disputan votos desde los afiches callejeros. Pero esta vez hay pocos políticos, ahora más empresarios, y las mujeres de los políticos y las de la farándula porteña.
¡¿Dónde quedó el que se vayan todos de hace 4 años?! En esa época todavía no me acompañaba tanto el tinto como ahora.( tanto tinto, ¡ja! lo dije con versito y todo)
Los piqueteros, quizás piensen que, compartiendo espacios con los burgueses, van a recuperar algo de lo que les quitaron. ¡Qué pena! … ellos me ven. Me invitaron con bizcochitos. Sería una lástima que pierdan su dignidad. Algunos ya la perdieron…si.
Los artistas plásticos… Creí que eran puros, que no se prestaban a esas manipulaciones políticas. Era tan lindo verlos en las marchas todos juntos con los vecinos, con sus carteles tan… artísticos.
¿Yo? Solo soy un poeta callejero…que escribe en papelitos y en las paredes de la ciudad… no me invitan a esos lugares. No voto. No existo. Qué puedo darles sino la nada, que no entienden, ni sienten.
Y ahora me voy con mi tubo bajo el brazo… a dormir un rato bajo el árbol, tapado con mis recuerdos.
Reales o imaginarios.