Este viernes, la justicia volvió a darle total libertad a la policía para sus prácticas represivas. Así como dijo –en boca de diferentes representantes- que matar pibes en los barrios no es abuso de función, hoy dijo que torturar en la cárcel no es un delito.
Porque no basta con que a los pobres los encierren en esas jaulas inhumanas, también hay que torturarlos y hacerlos padecer todo lo posible. Y ya lo habían adelantado las familias de los torturadores: “ellos solo estaban cumpliendo con su labor”.
Gustavo González, Mirko Bernardelli, Gastón Rosas, Sergio Catalán y Martín Castillo fueron absueltos por la justicia burguesa. Y la memoria de Cristian Ibazeta, luchador dentro y fuera de los muros y asesinado en la cárcel después de denunciar todo lo que valientemente denunció, está más viva que nunca.