A 36 años del Golpe Genocida la lucha contra la impunidad de ayer y de hoy continúa. Continúan los asesinatos, el hambre y la represión. La realidad confirma que en la Argentina “democrática”, una vez finalizado el genocidio aplicado por la última dictadura, la represión cambio de forma para adaptarse a las necesidades del modelo. Se ha reformulado el concepto de la doctrina de “seguridad nacional” por el de políticas de “control social”. Pero estos conceptos son solo dos caras de la misma moneda, y tienen como fin amedrentar y disciplinar a las clases de cuyo seno nace la resistencia a las políticas de desigualdad y exclusión social. Así como en los 70 secuestraron y desaparecieron impunemente a 30.000 compañeros, hoy se perpetúa esa impunidad con políticas de autocracia y corrupción policial, gatillo fácil en aplicación permanente como amedrentamiento social a los que menos tienen y judicialización de los que no son útiles a los fines de este modelo de “crecimiento con base en la exclusión”. Esta es la verdadera doble política de Derechos Humanos que el Kirchnerismo ha utilizado para darse aires progresistas en su gestión y lograr la aprobación popular semi-duradera en un país que continua presentando las tensiones propias de un esquema social de desigualdad. El mismo país en el que se ha consolidado un sector oficial en el movimiento de Derechos Humanos que ha perdido su capacidad de crítica, que cumple el rol de convalidar lo que se ha logrado, tras años de luchas de los diferentes organismos, y que no habla de lo mucho que queda por hacer. Porque sabemos que estos juicios no nos alcanzan…
La policía mata y el gobierno defiende. Los medios justifican. La ley no autoriza la pena capital, aunque el terror de estado la aplica cada vez que el disparo de advertencia de un policía entra por la nuca de un sospechoso. Muestra de esto es que suman más de 3100 las muertes a manos de las fuerzas represivas del Estado desde diciembre de 1983 hasta la fecha. Más de la mitad, 1640, corresponden al gobierno de los Kirchner. Esta es la política sistemática de la represión preventiva que nos mata casi un pibe por día, mas de 20 por mes. El 53% menores de 25 años.
Aquí en Bariloche. A dos años de la masacre y de las 48 hs de Terrorismo de Estado, la nieve vuelve a caer, se derrite por el fuego de la bronca, la injusticia sigue a flor de piel…una vez más.
El asesinato de los jóvenes Diego Bonefoi, Sergio Cárdenas y Nicolás Carrasco a manos de los policías de Río Negro tuvo su respues¬ta durante las jornadas del 17 y 18 de junio de 2010: la reacción popular.
Detrás de la postal suizo-argentina, se es¬conde una realidad que no figura en las imáge¬nes de promoción turística. Un escenario pocas veces visto por los que llegan a la ciudad. Arri¬ba, en los altos, a ambos lados de la ruta 40, en el oeste, en el centro atrás del supermercado, aparecen los barrios, donde transcurre la vida de la mayoría de los barilochenses. Para ellos la pobreza, la desocupación, la exclusión de los jóvenes marcada por portación de rostro, la vestimenta, el color de la piel, el barrio en el que viven, los orígenes, son cosas de todos los días. El sistema los aparta, a veces sutilmente, otras, en la mayoría de las oportunidades, vio¬lentamente. Nuestros jóvenes son detenidos, maltratados, torturados a la luz del día. Los lu¬gares de detención están, una vez más, en el centro de la ciudad; la comisaría 2° está prote¬gida por el monumento al genocida Roca, y ambos por el empresariado que se enriquece a costa de los que excluye.
Los barrios periféricos de Bariloche son los espacios donde están los que no deben ser vistos. Los que la sociedad permanentemente invisibiliza.
Cada asesinato, cada nuevo caso de gatillo fácil o violencia policial que sufren los sectores más vulnerados, es una nueva gota en un vaso que hace años ya ha rebalsado, un típico caso de intento de apagar el fuego con nafta. Quizás debamos entender que el que tira la nafta es el sistema, no la gente al apedrear una comisaría, y lo aclara la policía cuando dice que matan “delincuentes” por pedido de “la sociedad”. Así ocurre porque así lo quieren los que detentan el poder real de la ciudad y porque una parte, una vez más con el silencio, lo permite.
La policía comparte con los pibes el barrio, su raíz mapuche e incluso las mismas necesidades, esa misma policía fue la que mato a Diego, su vecino, la noche del 17 de junio del 2010.
Mientras tanto la causa por Nino y Sergio no avanza, no hay detenidos a pesar de que está comprobado que las balas que los asesinaron son las que usa la policía.
No tenemos responsables, y sin embargo los que dispararon a Nino y Sergio son los mismos que dispararon a Diego Bonefoi, a Atahualpa Martínez Vinaya, a Gui¬llermo Trafiñanco y centenar de casos más.
A lo largo de estos 2 años seguimos mar¬chando y a pesar de los intentos de callarnos, la provocación, y la persecución, tal como ha quedado más que de¬mostrado en distintas oportunidades como el allanamiento de la casa de la madre de Nicolás Carrasco ocurrido en oc¬tubre de 2010, la irrup¬ción de gran cantidad de efectivos policiales en la casa de Bonefoi para te¬nerlo detenido hasta que declare en una causa, en noviembre del mis¬mo año, el mismo mé¬todo en la casa de Juan Carlos Curaqueo, tío de Nicolás Carrasco, la de¬tención y acusación por robo de Marcos Huechu¬llan, militante del MST, quien fue identificado por una ciudadana en imágenes televisivas duran¬te su participación en una marcha y que luego fue retirada la acusación por no estar segura de la identidad del acusado, el procesamiento por pintadas a la hermana de Nicolás Carrasco y de la cuñada de Sergio Cárdenas, las expresiones del comisario “…para que les vamos a sacar fo¬tos si ya los tenemos a todos filmados …”, la adquisición de vallados nuevos para colocarlos junto a la presencia del BORA y la gran can¬tidad de policías de Río Negro esperándonos provocativamente cada vez que marchamos, la recusación del Juez de instrucción Martín Loza¬da a pedido del ex Secretario de Seguridad y Jus¬ticia Victor Cufré, a pesar de todo esto, seguimos gritando en la calle nuestro pedido de JUSTICIA. Quizás lentamente, luego de dos años, la causa avance y, quizás sea cierto que a fines de junio se llame a prestar declaración indagatoria a los 12 policías que, sabemos, dispararon sus armas en 2010 contra nuestros jóvenes. Este camino es necesario. Sin embargo aún nos debemos que los responsables intelectuales de los asesinatos asuman sus responsabilidades.
Es por todo esto que decimos
BASTA DE IMPUNIDAD
Y JUSTICIA CORRUPTA,
BASTA DE GATILLO FACIL.
DEJEN DE TORTURAR Y MATAR
A NUESTROS JOVENES.
HIJOS en Lucha
Regional Bariloche
Regional Alto Valle
Regional La Plata