Oscar Ragni – Integrante de la Corriente por los Derechos Humanos
Gervasio Diaz – Integrante de H.I.J.O.S. ALTO VALLE
Inés Ragni y Lolín Rigoni –MADRES DE PLAZA DE MAYO FILIAL ALTO VALLE DE RIO NEGRO Y NEUQUÉN.
Minutos antes de la marcha conversamos con Gervasio Díaz, integrante de H.I.J.O.S Alto Valle cuyo audio está al final del documento.
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DOCUMENTO DE H.I.J.O.S-ALTO VALLE-
¿Memoria? ¿Verdad? ¿Justicia?… ¿Justicia? ¿De qué justicia nos hablan?
24 de marzo de 2014
Hace 38 años el sentido del término Justicia, una vez más, trocó en otro. Justicia no fue lo que tuvieron nuestros viejos desaparecidos ni tampoco lo que supieron o pudieron reconstruir sus compañeros y compañeras. Justicia es una palabra desconocida para aquellos hermanos y hermanas que han sido apropiados por los militares y sus allegados y que aún no conocen su verdadera identidad. Justicia no fue una palabra presente en la infancia de tantos niños y niñas que no tuvimos a nuestros viejos. Justicia no es lo que nos quieren vender si la memoria es un museo y el homenaje a los compañeros y compañeras militantes, una fecha patria en el almanaque. No hay existencia posible del concepto de Justicia si está en boca de aquellos que lo utilizan como un slogan de campaña y no como un derecho. Hay una memoria que no se construye con inauguraciones de edificios ni con juicios falaces, sino que merece Justicia.
Pensemos en voz alta.
¿Es Justicia la elaborada farsa de la política de derechos humanos del actual gobierno? Los juicios están estancados y con una planificada clausura explicitada por el Secretario de DDHH, Martín Fresneda, para el 2015. A más de 10 años de anuladas las leyes de impunidad, sólo se condenó a 470 genocidas en todo el país; menos de 1 represor condenado por cada uno de los 600 Centros Clandestinos de Detención que hubo en dictadura.
¿Es Justicia que el 80 % de los jóvenes apropiados aún no haya conocido su verdadero origen?
¿Son Justicia las reiteradas anomalías en todos los procesos judiciales a los delitos de Lesa Humanidad, desde el momento mismo de su formación: fragmentación y atomización de la causas, juicios a cuenta gotas, tardíos, investigaciones incompletas, falta de colaboración del Estado que se niega a abrir los archivos y entregar las listas, cárceles domiciliarias como antesala al permiso de profugación, falta de control y fiscalización de la injusta prisión domiciliaria, que permite a los genocidas caminar por la calle sin mayores inconvenientes, obediencia de vida maquillada ya que en la gran mayoría de los juicios se analizan sólo las responsabilidades de los altos jefes del mando militar o policial que funcionaron como responsables en la estructura orgánica de las zonas represivas?
¿Es Justicia la calidad de la condena con que el Estado valora los crímenes que está juzgando, que son de lesa humanidad, por lo tanto imprescriptibles, y fueron cometidos por grupos de tareas, utilizando el aparato del Estado y con acumulación de casos; al equipararlos en sentencia en el monto de las penas a delitos graves y de sangre, pero cometidos por delincuentes comunes? ¿Es Justicia el fallo del segundo juicio por “La Escuelita”, en el que los jueces Coscia, Krom y Lozano absolvieron en noviembre de 2012 a 8 de los 22 acusados y apartaron por “cuestiones de salud” a un represor que, ahora repuesto, vuelve a ser juzgado?
¿Es Justicia la política de la foto, la placa y el discurso a través de la señalización de los Sitios de Memoria cuando se ha focalizado la misma sólo en 76 centros clandestinos de detención de los 600 existentes durante la dictadura; sólo aquellos que le resultan emblemáticos a este gobierno como si hubiera dictadura de 1° y 2° clase? ¿Es Justicia que luego esos centros, “los más importantes”, sirvan como jugosos emprendimientos inmobiliarios públicos o privados o para que se hagan cargo del gerenciamiento aquellos organismos que son obsecuentes con el gobierno y que habilitan cotidianamente el Circo de la memoria y los derechos humanos con asaditos y visitas guiadas a una mirada que el gobierno determina como verdad, ocultando la identidad revolucionaria de los desaparecidos y su voluntad de cambiar este sistema capitalista?
¿Es Justicia la obstinación de un gobierno que designa al represor César Milani al frente del ejército para, de una buena vez, lograr la reconciliación con las Fuerzas Armadas que asesinaron a toda una generación a partir de establecer una interesada y falaz interpretación del concepto de presunción de inocencia? ¿Es Justicia que quien está a cargo de estas fuerzas tenga dos causas judiciales abiertas por su accionar represivo en Tucumán y La Rioja durante la dictadura y una más por enriquecimiento ilícito por no poder dar cuenta de su patrimonio?
¿Es Justicia la banalización de la memoria y la lucha de nuestros padres y sus compañeros y compañeras con la titulación de eventos cooptados por el kirchnerismo como el Fútbol para todos con el nombre de “Torneo nietos recuperados”? ¿Es Justicia la invisibilización de sectores opositores, a quienes se corre por izquierda o por derecha como si fuera lo mismo ser gorila que revolucionario, por no aceptar la “Década ganada”?
¿Es Justicia que se plantee el escenario político con dos polos, los k como los patriotas y los antik como los enemigos del pueblo, que se tocan ideológicamente y que abogan por lo mismo? ¿Es Justicia que el doble discurso de cierto progresismo de salón oculte la persecución y el espionaje a través de la sanción de disposiciones como la Ley Antiterrorista o el Proyecto X?
¿Es Justicia la palabra Inclusión en boca de aquellos que nos quieren hacer creer que ésta es una “Argentina para todos” y que lo que hacen es entregar sólo un poco más a los más necesitados para entregar lo mismo o más a quienes se llevaron y se llevan todo? ¿Es Justicia que se reprima y se desaloje a las familias sin vivienda que quieren acceder a su casa propia porque quedan fuera de todo crédito o repartija?
¿Es Justicia que a aquellos que se encargan de cuidar la propiedad privada de la burguesía y que funcionan como brazo armado del aparato represivo se les dé un aumento salarial por la posibilidad de que toda la “tranquilidad lograda” se convierta en una ruptura de la gobernabilidad? ¿Es Justicia que cada vez que los gremios estatales, como los docentes o los trabajadores de la salud, reclaman dignidad en sus salarios y en su rol social, se hable de “derecho esencial”, de “desestabilización”, de “vagos”?
¿Es Justicia que este gobierno, la gestión de los Kirchner, acapare más de la mitad de los casos del mal llamado gatillo fácil, como el de Matías Casas o Brian Hernández, por mencionar sólo algunos, desde 1983 y la mayor cantidad de casos de procesados por luchar como los trabajadores petroleros de Las Heras que son las víctimas de la última lección que se nos quiere enseñar?
¿Es Justicia la criminalización de la protesta, la represión como control social, la continuidad de la explotación y el saqueo a través de políticas entreguistas a las grandes multinacionales, desoyendo no sólo al pueblo con conciencia ambiental sino también a los pueblos originarios quienes hace cientos de años están admirablemente en pie de lucha? ¿Es Justicia que se entregue la tierra al fracking, a Chevron, a Monsanto y a tantas empresas que viven de las leyes que sancionan los empleados de esta pantomima democrática dentro del recinto y que reprimen los soldados de uniforme azul con palos afuera?
¿Es Justicia que la presidenta enuncie que ahora gracias a la democracia “nadie desaparece y estamos todos vivitos y coleando”?
Deberíamos recordarle qué sucedió con Julio López el 18 de septiembre del 2006…y qué es lo que sucede con las miles de mujeres que son secuestradas y explotadas con distintos fines y que vienen a engrosar la larga lista de personas desaparecidas por la trata.
No!!, para HIJOS Alto Valle nada de esto se acerca a la Justicia.
No es Justicia porque en medio de la aplicación de un nuevo plan de ajuste socioeconómico, las medidas represivas se multiplican con la intención de mantener la tasa de ganancia de los capitalistas, propósito que se logra a partir de pensar que represión y ajuste son las piezas de un mismo plan de ataque a la clase trabajadora.
No es Justicia porque la Memoria de los compañeros militantes Revolucionarios de los ’70 y de todas las víctimas del Terrorismo de Estado que lucharon por otro país y un mundo diferentes al de aquellas décadas, y al de hoy, Nos grita la palabra Revolución.
No es Justicia porque la Memoria no es algo estático que se conserva en un museo, sino una herramienta de acción y de lucha contra la impunidad de ayer pero sobre todo contra la impunidad que hoy sigue generando el mismo sistema de hambre, opresión y saqueo contra el que lucharon los compañeros desaparecidos.
No es Justicia porque al borrar, institucionalizar o banalizar la identidad revolucionaria de los desaparecidos no se cuestiona la construcción del capitalismo dependiente argentino, de un sistema injusto que promete desigualdad e impunidad.
Justicia son los proyectos colectivos, la denuncia, los caminos alternativos al modelo, el escrache, la condena social, la calle. Justicia es reivindicar no sólo la Memoria de los 30.000 sino su capacidad revolucionaria y su construcción de Verdad que escapa a los laberintos del poder. Resistir en la calle por los 30.000, su historia, nuestra historia y nuestro futuro… éso es Justicia.
• * JUICIO Y CASTIGO A TODOS LOS GENOCIDAS Y POR TODOS LOS CRÍMENES
• * BASTA DE PRISIONES DOMICILIARIAS Y CONDENAS IRRISORIAS
• * RESTITUCIÓN DE TODOS LOS JÓVENES APROPIADOS
• * BASTA DE BANALIZAR LOS EX CENTROS CLANDESTINOS DE DETENCIÓN
• * APARICIÓN CON VIDA DE JORGE JULIO LÓPEZ
• * APARICIÓN CON VIDA DE LUCIANO ARRUGA Y TODOS LOS JÓVENES DESAPARECIDOS
• * NO A LA CRIMINALIZACIÓN DE LA PROTESTA
POR LOS 30000 COMPAÑEROS DESAPARECIDOS, PRESENTE
AHORA Y SIEMPRE
SI NO HAY JUSTICIA, HAY ESCRACHE…
HAY JUSTICIA POPULAR
H.I.J.O.S.
Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio
ALTO VALLE