La respuesta a la convocatoria de las Madres de Plaza de Mayo junto a los organismos de DDHH de Neuquén y Río Negro fue masiva y en paz.
Denunciamos, condenamos y lamentamos la violencia ejercida en las calles, que queriendo opacar la maravillosa, pacifica y multitudinaria marcha, hizo resaltar la irrenunciable decisión de mas de 15.000 personas que dijeron NO al terrorismo de Estado, adhiriendo a nuestras consignas.
Mucho se ha hablado de los efectos de la violencia, totalmente injustificable, es necesario que nos detengamos en las causas que la generan, son muchas: la ausencia de políticas de Estado en Educación, Salud, Seguridad, Carcelaria; la inoperancia de quienes a través de la Secretaria de Seguridad debieron haber garantizado que la marcha se desarrollara sin inconvenientes (no obstante haberse invertido millones de pesos en un Plan Integral de Seguridad); la desproporcionada y ostentosa presencia policial; la provocación que significó el vallado y obstrucción de calles protegiendo el Comando de Ejercito; los problemas internos dentro del partido gobernante; la inseguridad que da no tener trabajo, salud, educación pública, las desigualdades, la lentitud de la justicia; los resentimientos, todo esto y algo más seguramente desató la represión – modalidad constante de las Fuerzas Policiales -, como la única salida a las manifestaciones sociales con detenciones injustificadas, acciones y procedimientos repudiables (lo había anunciado el Sr. Gobernador).
Siempre habrá destructores, no solo de vidrios sino de mentes, pero siempre seremos miles los que nos oponemos (que no somos elegidos para la tapa de los diarios) los que seguimos intentando con el ejemplo de trabajo, solidaridad, y coherencia, construir mentes lúcidas, criticas, libres; ese es el camino elegido, duro, difícil, pero gratificante como el ejemplo que dieron con su respuesta de abrazo y permanencia, las miles de personas que nos acompañaron este ultimo 24 de marzo.
La vida nunca se declara vencida.
Lolin Rigoni Inés Ragni