Ya no tengo tiempo para charlas interminables, para discutir asuntos inútiles, sobre vidas ajenas que ni siquiera hacen parte de la mía.
Ya no tengo tiempo para administrar tonterías de personas, que a pesar de la edad cronológica, son inmaduras. Detesto hacer careos entre desafectos, que pelearon por el majestuoso cargo de ‘Secretario General del Coro’.
Las personas no debaten contenidos, apenas los rótulos. Mi tiempo se transformó en escaso para debatir rótulos, quiero debatir la esencia. Mi alma tiene prisa. Sin muchos Arándanos en el recipiente, quiero vivir al lado de gente humana, muy humana, que sabe reírse de sus tropiezos, no se encanta con triunfos, no se considera electa antes de hora, no huye de su mortalidad.
Solo se debe caminar cerca de cosas y personas de verdad.
Lo esencial, hace la vida valer la pena.
Y para mí, basta, solo quiero lo esencial
Mario de Andrade