En el mes de agosto pasado, se realizó el III Congreso de Partería en la Cuidad de La Plata. Bajo este marco, se comunicó los detalles de la reforma y actualización de la ley que regula el ejercicio de la profesión Obstétrica en Argentina. La ley vigente, determina que las parteras pueden tener casas de partos, consultorios propios, pueden ejercer su profesión de forma individual o en equipo con otros profesionales, en hospitales públicos y privados y pueden atender a la mujer en su domicilio.
Lamentablemente, junto con modificaciones favorables, se ha introducido una que es altamente alarmante: eliminar la posibilidad de las casas de parto, marcando una tendencia que llevará a quitar también del proyecto de ley, la atención y asistencia por parte de las parteras de los partos planificados en domicilio.
De esta manera se quita la posibilidad de elegir una modalidad de parto con profesionales idóneos, con experiencia en este tipo de partos realizados en un marco de seguridad pertinente, que evalúan con claridad qué mujeres están en condiciones de optar por esta opción, profesionales de la salud que se encuentran equipadas con el equipo necesario para brindar un excelente atención y que cuentan con habilidades para resolver o anticiparse a complicaciones antes, durante o después del parto.
Los conocimientos que se tiene del parto domiciliario tanto desde las altas esferas públicas, como desde la sociedad en su conjunto y desde los diferentes ámbitos de la medicina misma son vagos y escasos. Países como Canadá y Holanda, ofrecen a sus mujeres embarazadas estas opciones de parto con excelentes resultados.
Las mujeres que toman la decisión de parir en casa con parteras, lo hacen con información y prudencia. Estas mujeres son atendidas y controladas, durante el embarazo, el parto y postparto por una partera calificada, responsable, preparada y en permanente capacitación. Parir en casa no es una moda, ni una elección irresponsable, ya que parir en casa es seguro siempre y cuando la mujer sea sana, el embarazo normal y se esté debidamente acompañada.
Elegir cómo, dónde y con quién parir, es parte del derecho sexual y reproductivo de la mujer, es elegir sobre su propio cuerpo, sobre los cuidados y atención que se adecuen a sus necesidades y creencias.
“LA ELECCION ES PERSONAL, EL DERECHO A ELEGIR ES DE TODAS”
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