LIBERTAD A YANINA GONZÁLEZ

Yanina fue acusada y encarcelada cuando estaba embarazada de 6 meses, dio a luz en la cárcel a su hija Tiziana y actualmente está esperando la fecha de su juicio detenida por una acusación falsa y sin ninguna prueba.
Yanina como tantas mujeres padeció toda la vida humillación, desprecio, hostigamiento, todo tipo de violencia y abandono de su familia. Sumado a esto ella padece un retraso madurativo. Estos y otros factores le impidieron evaluar y dimensionar lo que iba sucediendo ante sus ojos y sobre su cuerpo; provocándole un estado de parálisis que le impidió hacer lo necesario para salvar la vida de su hija y cuidar de sí misma. El sistema que la exprime fue desde siempre indiferente con ella, y hoy la condena por ser mujer, pobre, madre y analfabeta.
La reacción social ante la conducta de Yanina tiene como base el prejuicio y la ignorancia que reza: “Una madre siempre debe defender a los hijos”. En sintonía resulta tragicómico saber que se la acusó oficialmente de no ser garante de los derechos de su niña, mientras que ella vivía violencia sistemática, tortura cotidiana y continua durante meses, y estaba en un estado de mayor vulnerabilidad por su embarazo. El ejercicio de la ciudadanía restringida que tienen la mayor parte de las mujeres en el mundo era y es para ella una utopía inexistente. Solo fue reconocida en su carácter de ciudadana para ser detenida. La cárcel para Yanina fue un dar satisfacción a la moralina e hipocresía social, que exigía de esta mujer una conducta ética (defender a sus hijos) que el colectivo machista es incapaz de sostener.

Por esto afirmamos que Yanina es víctima también de la violencia institucional: El Estado es cómplice de estas situaciones por omisión; por no desarrollar políticas públicas efectivas que aborden situaciones de violencia en la pobreza extrema, que garanticen las mínimas condiciones de vida digna a miles de familias. Hay un Estado que debía garantizar su escolaridad y la excluyó, un Estado que debía velar por su seguridad social y la de su hija, garantizarle el sistema de salud, defenderlas del maltrato. Hay un sistema judicial que por no evitar el crimen de su hija le ha negado el derecho de asistir a su entierro. Que invisibiliza su condición de víctima de violencia aun interviniendo desde una fiscalía especializada en violencia de género. Ninguno de sus funcionarios la vió, ni la escuchó, pero sí pudieron decidir su detención.

Sin cuestionar por completo el sistema, es imposible terminar con el maltrato infantil y la violencia de género. Los sectores populares nos seguimos organizando y luchando todos los días por un cambio social profundo, por una sociedad justa, libre de violencia, con respeto y equidad.

Por todo esto exigimos:

¡Libertad a Yanina González!
¡Justicia por Lulú!
¡Basta de violencia a las mujeres!
Centro Comunitario Gallo Rojo – Red El Encuentro
COLECTIVO PERMANENTE DE LUCHA POR LAS MUJERES PERSEGUIDAS REFUGIADAS PROCESADAS Y PRESAS.

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