Desde Neuquén, activistas lesbianas, feministas y de organizaciones de mujeres nos sumamos a la exigencia de justicia por Natalia Gaitán, joven fusilada por lesbiana en la ciudad de córdoba.
El 6 de marzo Natalia Gaitán, de 27 años fue asesinada de un tiro por Daniel Torres, el padrastro de su novia. Las jóvenes vivían juntas en Parque Liceo, un barrio periférico de la ciudad de Córdoba.
Natalia era una persona conocida y querida en el barrio por su trabajo social. Desde hace treinta años su familia lleva adelante la asociación civil María Pía, que tiene un comedor comunitario, una guardería y ofrece diversos talleres, lugar en el que Natalia trabajaba a la par de su madre y en donde nunca ocultó su identidad sexual. Su madre relató los diferentes maltratos y marginaciones que su hija sufrió por el hecho de ser lesbiana e impulsó que el crimen sea considerado como lesbofóbico.
Natalia fue asesinada por lesbiana, por un padrastro que no estaba de acuerdo con la relación que ella tenía con su hijastra, pero además confluyen en este crimen la cuestión de clase (por ser pobre y vivir en un barrio periférico la ambulancia tardó horas en llegar), la expresión de género (Natalia tenía una expresión de género masculina, que hace visible el deseo lésbico y la falta de obediencia a los cánones de la feminidad), el compromiso social (por su trabajo que llevaba adelante en el comedor), todos factores que encuentran en el pacto social de silencio acerca de la existencia lésbica, un marco para la impunidad y la discriminación sistemáticas, que adquiere el nombre de lesbofobia.
La lesbofobia no es un problema psicológico que se corrige con una terapéutica individual, es un problema político al estar organizada la sexualidad y los cuerpos en función de un deseo que las instituciones del Estado, la iglesia y el mercado, establecen como único y legítimo: el heterosexual.
La norma heterosexual excluye del mundo de lo vivible a lesbianas, maricas, travestis, trans, bisexuales e intersex, y la lesbofobia es una de sus tantas y múltiples expresiones.
Luchar contra la lesbofobia no es una tarea sólo de las lesbianas o del movimiento de la disidencia sexo-genérica, es un compromiso de todas aquellas personas convencidas de que la lucha por la autonomía corporal es constitutiva de las luchas anticapitalistas, antipatriarcales, antirracistas, antiimperialistas y antifascistas.
Por eso, para repudiar ese silencio lesbofóbico y como pedido de justicia, hoy somos todos y todas lesbianas, hoy somos todos y todas Natalia Gaitán.