Frente a los hechos conocidos y difundidos públicamente, pero aún poco esclarecidos de la movilización convocada el día miércoles 28 de agosto en la ciudad de Neuquén en rechazo al convenio nacional-provincial para efectuar la práctica de fracking (extracción del petróleo a través de métodos no convencionales), sistema extractivo que no acepta gran parte de la comunidad neuquina por entender que produce serios daños al medio ambiente y en consecuencia a la población, yo, Rodrigo Barreiro deseo transmitir lo que viví ese día, reservando ciertos detalles para futuras declaraciones en instancias judiciales.
El que hoy me encuentre vivo no se debe a la suerte, sino a la protección de Dios y las oraciones de cientos de hermanas/os, frente a un hecho que pudo haberme significado la muerte o graves lesiones en mis órganos vitales. Asimismo agradezco profundamente a mis compañeras/os Angie, Natalia, Ezequiel y Gustavo que se ocuparon inmediatamente de encontrar una movilidad para llegar a un centro de salud. Al médico presente en la marcha, por las indicaciones que me dio al ver la herida, y a Hugo por estar presente allí dando su apoyo. Quiero destacar la generosidad de Oscar, quien puso a disposición su auto y me trasladó de inmediato a la Guardia del Hospital Castro Rendón cuando ya se me hacía difícil respirar.
Otro inmenso agradecimiento, es por el EXTRAORDINARIO trabajo realizado en conjunto por la Guardia del Hospital, los médicos, enfermeros, camilleros, recepcionistas y pasantes del cuarto piso, que durante mi internación hicieron hasta lo imposible para preservar mi salud; a pesar de las precarias condiciones en las que trabajan (y que muchos ya conocemos).
Respecto de lo sucedido solo voy a decir que asistí a la manifestación en el ejercicio del derecho que la Constitución Nacional me garantiza como ciudadano y me encontré con una represión policial desmedida e injustificada. Aclaro que estaba aproximadamente a 200 metros del foco de conflicto, junto con niños, estudiantes, trabajadores, integrantes de comunidades mapuches, en una actitud expectante y pasiva al momento de recibir el impacto. El proyectil que tengo alojado en el pulmón derecho y que pasó a centímetros del corazón y de vasos sanguíneos importantes, no fue producto de la casualidad. Seguramente sin una represión de este tipo, no se hubiera generado la ecuación conocida: la violencia, genera más violencia.
En cuanto al responsable o los responsables de este repudiable hecho, confío en que las instituciones estatales correspondientes, se encarguen de identificarlos y juzgarlos oportunamente.
Me preocupa la invisibilización de los demás heridos afectados en la misma ocasión. Me indigna que se naturalice este tipo de episodios, ya que nada construye sino que genera más violencia. Por ello, repudio fuertemente esta represión desde el estado, y más aún al saber que la provincia de Neuquén no ha adherido al acta acuerdo de protocolo de seguridad nacional.
A mis hermanos Mapuche (si me conceden el atrevimiento), MUCHAS GRACIAS por el INCREÍBLE ejemplo de resistencia, por el compromiso y la fuerza que transmiten… La constitución nacional los avala en sus derechos. Debemos apoyarlos… Muchas vidas de su comunidad han sido consumidas por la negligencia de la explotación de hidrocarburos sin el control estatal adecuado…
Creo que sus reclamos nos benefician a todos. Y aclaro, como profesor de historia, que no alcanzan las páginas para explicar el sinnúmero de alternativas saludables y equilibradas, para fortalecer y hacer crecer nuestra economía nacional y provincial.
Para finalizar quisiera recordar y agradecer el incondicional apoyo de mis compañeros docentes, estudiantes secundarios, universitarios y trabajadores de otras áreas. Asimismo, agradecer a las diferentes organizaciones políticas, sociales y de derechos humanos que expresaron su solidaridad. Como manifestante independiente, seguiré participando de futuras marchas e instancias de reclamo que en mi opinión beneficien a toda nuestra sociedad; en el mismo lugar de siempre, al lado de mis compañeros y con mayor convicción que antes. La única forma de cambiar las cosas es con diálogo y compromiso, con unidad y solidaridad, en una democracia real, buscando la igualdad, la justicia y la paz de los que más sufren las consecuencias del sistema actual.
Sin más que decir, saludo atentamente a quien esté interesado en la información. Rodrigo.