Vienen por todos
Faltaban unos pocos días para que se cumpliera un año desde que el juez Bonadío, por expreso pedido del sionismo, lanzara el pedido de detención de nuestro camarada Roberto Martino. Desde ese entonces el negro Martino estuvo proscripto de toda posibilidad de expresar abiertamente sus ideas y de la posibilidad de responder las acusaciones realizadas por los criminales que asesinan niños en Gaza.
Al igual que hace poco más de doscientos años, antes de que los patriotas de mayo rompieran las cadenas del yugo colonial, denunciar la tiranía es el peor de los delitos, la peor de las faltas, dejar en evidencia a los tiranos.
Eso fue lo que hicimos denunciando aquellos nefastos bombardeos sobre el territorio palestino, y fue esa la gran ofensa a quienes se codean con los criminales y financian sus campañas electorales con la sangre de los pueblos. El actual gobierno, como su antecesor (si se pudiera hablar de un antes y un ahora) presenta la lucha por los derechos humanos como un asunto circunscripto a la última dictadura; pero hoy persigue y encarcela a quienes con mayor consecuencia y dignidad, continúan la lucha de los revolucionarios de mayo y de la década del 70.
Es una tarea urgente, detener la criminalización de la protesta, esa es la lucha central por los derechos humanos hoy, es el deber de todo ciudadano honesto, de toda persona solidaria y comprometida en la lucha por una sociedad justa y principalmente de aquellos que nos definimos revolucionarios. El eje de esta lucha debe ser la libertad de todos los presos políticos y el cese de la persecución a los que luchan.
Libertad inmediata a Roberto Martino
Libertad a los militantes anarquistas
Libertad a la Gallega
¡Basta de perseguir a los que luchan!
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