Te vas con tu belleza otoño…
«Con este Solsticio comienza el invierno. Es el día más corto y la noche más larga del año….
La naturaleza nos invita a mirar hacia adentro, en un giro hacia la interioridad y la reflexión. Luego de la más profunda oscuridad solamente queda una posibilidad: encender la propia luz.
Este paso de la oscuridad a la luz es lo que se celebra en el Solsticio de Invierno. Frente al vacío y la desolación, sólo nos cabe una nueva acción posible: comenzar a construir y sembrar. Comienza un nuevo ciclo. De ahora en más, día a día, los días comenzarán a extenderse; la oscuridad ha sido vencida por la luz…
Momento de “honrar la noche”, de contactar con nuestra propia oscuridad. Y de aprender a ver en las tinieblas.
Momento de Desapego: de dejar que se caiga lo ilusorio, lo perecedero, lo que no estaba demasiado sólido ni fuerte ni bien construido en nuestra vida.
Momento de Purificación, de limpieza profunda, para dar lugar a la renovación.
Momento de Honrar el silencio y la oscuridad: es tiempo de quietud, de hibernar, de silenciar. De usar la menor cantidad de energía para mantener el ciclo vital.
Momento de Interiorización: de conectarnos con todo aquello que queremos abandonar (pautas de conducta, hábitos, estados de ánimo), para luego poder resurgir de las cenizas.
Momento de cerrar los ojos para comenzar a ver.
C. Jung decía que “el que mira hacia afuera está dormido, y el que mira hacia adentro, despierta”.
Momento de comenzar a pensar qué queremos sembrar. De definir cuáles son las semillas que queremos elegir y discriminar las que queremos seleccionar.
Momento de avivar el fuego. De renacer, junto al Sol, poco a poco, día a día. De conectarnos con la fuente de energía, de calor, de vida; de encender el fuego vital, el principio activo y creador dentro de nosotros.
Momento de reavivar el Sol que cada uno es en su interior. Cuando la oscuridad te rodea, es cuando más debes encender la llama de tu antorcha e iluminar…
Autora/r desconocida/o
Imágen gentileza