Somos profesionales de distintas disciplinas, padres, madres, abuelas, abuelos, víctimas de abuso sexual, que decidimos hacer algo para prevenir el abuso sexual infantil en la Argentina. Informando, esclareciendo, orientando, para terminar de una vez por todas con los prejuicios, con las mentiras, los mitos construidos al servicio de los abusadores sexuales de niños y niñas. Sean estos sociales, psicológicos, jurídicos o de cualquier índole.
Que toda la sociedad entienda de una vez por todas que los chicos no mienten, no fabulan, no fantasean cuando cuentan que han sido abusados, que merecen ser escuchados, pero sobre todo respetados y apoyados cuando tienen el coraje ante toda nuestra incredulidad adulta de revelar lo que les pasa.
Intentaremos contribuir en este espacio para que hablemos sin tapujos sobre el abuso sexual infantil, para que las víctimas dejen de sentirse culpables, avergonzadas por años y que los abusadores sexuales de niños estén en la cárcel.
Intentaremos modificar todos los procedimientos judiciales y la legislación vigente que sea necesaria para que los procesos sean rápidos. Sobre todo para evitar que las víctimas sean lastimadas una y otra vez, expuestas innecesariamente por peritos, abogados defensores de abusadores, fiscales o jueces que desconocen la sexualidad o el psiquismo infantil. Sea esto producto de una “real” ignorancia o de “estrategias” defensivas al servicio de los abusadores sexuales infantiles.
Que los delitos no prescriban tan rápidamente dado que la experiencia clínica mundial indica que muchas veces sólo después de transcurrido mucho tiempo las víctimas pueden contar o hacer público el abuso sexual del que fueron objeto.
Intentaremos que el Abuso Sexual Infantil deje de ser un tema tabú en nuestra sociedad y que se naturalice tanto que se pueda hablar en todas partes.
Queremos lograr que todos nuestros chicos aprendan a cuidar sus cuerpos, que son suyos y de nadie más, que absolutamente nadie puede amenazarles, pegarles, maltratarles, o hacerles sentir mal.
Para que todos estemos alertas y preparados para percibir las señales y para enfrentarlo sin vergüenza ni miedo y denunciarlo inmediatamente, incluso ante la sospecha, para proteger a nuestros chicos.