Audio: Grabación y edición Kasandrxs.
Textos: Ramiro Coletti.
p. Serie Cobalto
Las imágenes que nos propone Andrés Padín no narran una historia, sino que dan a ver un relato que retacea, elude la inteligibilidad de la fábula. El artista elabora una ficción visual donde cuerpos y espacios nunca llegan a formar una serie de acontecimientos, encadenados en una lógica de causa y efecto, capaz de hacer historia. En todo caso, se esboza una intriga apenas en nudos narrativos sin lograr jamás hacerse presente del todo. Lo decible se inscribe evasivamente, mientras que lo indecible busca formas de expresión en el juego de esas figuras.
Retratos cruzados por el propio, un auto-retrato oblicuo desde y a través de la experiencia del otro. Los cuerpos retratados son sacados desde una disposición espacial reconocible para ser devueltos a una existencia interior y anterior a toda acción. Enmarcados por el blanco o el negro de un espacio inespecífico, sus gestos devienen en una búsqueda de expresión de lo inefable, lo indecible del deseo como pura posibilidad de algo que nunca cristaliza.
A semejanza de lo que ocurre con los retratos, en otras imágenes de la serie la historia importa poco. El foco está puesto en la escenificación de una atmósfera y una situación extrañas, agujereadas, por cuyos huecos se filtran destellos de inestabilidad. El artista explora la posibilidad de un espacio inespecífico construido entre lo concreto y lo abstracto o construyendo lo abstracto desde una experiencia concreta.
Ramiro Coletti.
p. Serie “Diario de viaje en imágenes: Norte”
EL CONTRA(EL)TIEMPO DEL VIAJE
¿Bajo qué condiciones y según qué reglas podremos repensar hoy otras lógicas que destituyan la forma dominante del viaje turístico que exalta las diferencias, pero para asignarles su plusvalía, elevarlas a la categoría de mercancía? ¿Es posible restituirle el gesto desafiante al viaje expropiado como tiempo del consumo? ¿Cómo encontrar nuevos umbrales de relación que no reproduzcan viejas posiciones?
Estas preguntas son especialmente significativas para el artista. En la serie Diario de viaje: Norte, nos invita a un viaje extenso e intenso, que reniega del afán documental y la linealidad del relato para dar vibración visual a una experiencia.
A contrapelo de la pulsión fetichista que usualmente exhiben los viajeros, salir del territorio familiar para acercarse, mediante desvíos y visiones fugaces, a las zonas menos visibles de un territorio ajeno, le permite al artista comprender mejor el mundo en que vivimos e ilumina súbitamente una verdad: la lógica capitalista impone un estado de excepción sobre ciertos sujetos (apartados de la Historia, de las transformaciones, anulados, fuera de la escena) y determinados territorios (a la espera del Estado).
Por ello, el recorrido de estas imágenes no sólo nos obliga a reconsiderar nuestras formas de percibir y de reflexionar no sólo sobre el mundo y sus representaciones, la realidad y sus recortes, sino también en torno a las distintas formas en que el lenguaje pictórico puede relacionarse con el presente.
Dice Beatriz Sarlo que “los mejores viajes tienen un salto del programa. Los mejores viajes son aquellos en que sucede algo que no estaba para nada planificado, que los desvía, los saca de su ruta, los saca de su carta geográfica y los lleva a otro lugar”. Andrés Padín traduce en sus pinturas esta idea para desplegar su experiencia sensible del viaje bajo el signo del tránsito y de lo transitorio. Ramiro Coletti.