Cuando caminaba, semanas atrás por Vespucio al 100, esta vez teniendo cerca la custodia de un móvil de Prefectura que se hallaba estacionado por allí, sacando fotos de la cuadra de la casa incendiada en Cnel. Salvadores 891, encontré, en el número 183 de Vespucio, un mural dedicado a un tal “DIBU”. Allí se encontraba escrito: “ Perdimos a un amigo, pero DIOS ha ganado un ángel. Por Siempre…DIBU”. He visto en muchos barrios pintadas similares. En Pompeya, en Villa Soldati y en el mismísimo Palermo, cerca de las vías del F.C. que va a San Martín, dedicadas a muchos pibes muertos. Murales inmensos, con poemas dedicados a ellos y sus espantosas muertes. Estremecen.
Y ese mural de Vespucio 183, dedicado “al Dibu”, me despertó la necesidad de saber quien había sido y que le había ocurrido. Yo empecé a oir sobre las TRIBUS URBANAS hace ya mucho tiempo. No me refiero en este especial caso a las llamadas también Tribus, pero ya extravagantes y cibernéticas, con panzas bien llenas y todos sus caprichos cubiertos. Hablo sobre los desheredados y exiliados en su propio país, para quienes el futuro, parecería ser una cosa inalcanzable. Estos, los que nada ya tienen que perder, saben que existe el Cinemark y los Mc Donald’s. Pero también saben que no pueden entrar allí. Podrá alguien cruzarse con alguno de ellos y seguramente tomará según su criterio, las precauciones que considere necesarias. Ellos no tienen ya precauciones que tomar, saben que sus vidas no valen mas que quince o veinte pesos.
Todo esto comenzó a partir de la disgregación social ocurrida a mediados de los ´90, cuando la pobreza llegó a niveles sin límite. En Capital no quedó una fábrica en pié. Los mayorcitos, sabiamos que en todos los convenios laborales, existía la categoría inicial de Aprendíz. Eso ya no existe. Asi como tampoco se resuelve la falta de trabajo como en los ´50 y ´60…Ni bien alguien se enteraba que algún vecino se hallaba desocupado, le decían…”Veníte para la fábrica tal que están tomando gente”. Todo solucionado por la solidaridad entre los vecinos del Barrio.
Los que mas sufrieron las consecuencias fueron los pibes. No todos tuvieron la suerte de nuestros hijos, que pudieron ser amparados bajo la seguridad que nosotros, sus padres, podíamos brindarles. Muchos, ya expulsados del sistema, empezaron a caminar por los fondos de la marginalidad. Y comenzaron a unirse , cosa lógica, en una subcultura tribal, en las cuales, junto a sus amigos, compartían esa para ellos, inmerecida y dolorosa expulsión del sistema. Entre todos, de alguna manera se sienten contenidos. Lamentablemente, para que a algunos les vaya bien, a millones les tiene que ir muy mal. Ya los Señores que integraban “Patricio Rey y sus redonditos de ricota”, escribían en sus letras “Me voy corriendo a ver, que escribe en la pared la tribu de mi calle”. Todos necesitamos una relación de pertenencia en esta sociedad disociada.
Dibu, se llamaba BRIAN AVALOS (Al igual que el protagonista de “La Cautiva” obra de Esteban Echeverría). Tenía familia. Le envían recuerdos , un sentido pésame y solicitan asimismo JUSTICIA, sus amigos, a través de un Fotolog, en donde lo logré encontrar; no solo el mensaje, si no también su fotografía. Todo lo cual comparto aquí con Ustedes. Tenía “Dibu” 13 años. Fue asesinado en las vías del tren por dos “Supuestos Amigos”. El Fotolog, era una red social que fuera desplazada años mas tarde por el Facebook.
Y ya con estos datos, nombres y apellidos, me fue mas fácil encontrar la crónica policial y la confirmación de las condenas de los asesinos por parte de la Corte Suprema.
Aquí va la crónica hallada en Policiales de un matutino de Gran Circulación…
Ocurrido en La Boca:
La corte dejó firme una condena por asesinar a un adolescente de 127 puñaladas
La Corte Suprema de Justicia dejó firme una condena a 20 años a un joven que, junto a un cómplice, mató de 127 puñaladas a su amigo, de sólo 13 años, cuando iban a comprar una cerveza tras una fiesta en el barrio de La Boca.
Fuentes judiciales indicaron hoy que los ministros Elena Highton de Nolasco, Enrique Petracchi, Raúl Zaffaroni y Carmen Argibay desestimaron un último recurso planteado por la defensa de Claudio Martin Cejas, alias “Cabeza” condenado por el Tribunal Oral en lo Criminal 24 por el “homicidio simple” de Brian Avalos, alias ‘Dibu’”.
Por el mismo hecho, también la Corte ratificó la condena a 16 años de prisión a Elvio Alejandro Ogas, alias “El negro Ale”, por su participación en el hecho registrado el 19 de diciembre de 2009.
Según se dio por probado en el juicio oral, ambos jóvenes y la víctima “se fueron caminando hacia un kiosco ubicado a unos pocos metros de las vías del ferrocarril , con la supuesta intención de comprar una cerveza”.
“Una vez que ingresaron a las vías del ferrocarril, los imputados atacaron entre ambos a la víctima con al menos un arma blanca, provocándole 127 lesiones. Luego, entre 15 y 30 minutos, regresaron solamente los imputados Cejas y Ogas, no así el menor Avalos”, dice la resolución.
Testimonios en el debate dieron cuenta que Cejas le habría dicho a unos amigos: “No lo vayan a buscar al pibe, porque lo matamos”, mientras exhibió una cuchilla de grandes dimensiones, “tipo carnicero”, que llevaba y la limpió en la bermuda que vestía.
Pese al gravísimo estado que presentaba con 127 lesiones de arma blanca, 56 por delante y 71 por detrás la víctima alcanzó a musitar ante el cabo primero de la Policía Federal Hugo Silva, quien lo estaba asistiendo, que le habían querido robar o algo así y que el autor había sido “Cabeza”, es decir, Cejas.
“Son los dichos del occiso los que terminan de acabar la prueba respecto de la cual nada más es necesario acotar frente a un cuadro probatorio tan claro y contundente como el que se yergue contra el acusado, cuya responsabilidad está afianzada sin resquicio de duda”, sostuvo el tribunal que lo condenó y ratificó primero, la Cámara de Casación Penal, y ahora, la Corte.
Hasta aquí, con la confrmación de las condenas por parte de la Corte Suprema, inclusive con el voto de Zaffaroni, de quien yo hubiese creido que solicitaría la absolución de los asesinos, termina la historia policial. Cosa Juzgada.
Que seas resarcido de tus desdichas, allí donde se encuentre tu energía, Amigo Dibu. Aunque no te conocí, fuiste un compañero de las desventuras que son nuestras vidas.
P.D.: Les ruego, Amigos Boquenses, dentro de lo posible, y que no tomen esto como una imposición, hagan click en compartir. “El Dibu”, merecería que se conozca y no se olvide su historia. Un abrazo a Tod@s.
Es increíble como de un sentido graffiti se puede conocer una historia. Lo que debe salir a la luz, parece que encuentra la forma. QUe trabajo el del cronista. Habrá que andar atento por la calle.