La Comisión por la Memoria de las Huelgas de 1921 de Lago Argentino que no traiciona la Memoria, te recuerda Kurt Gustav.
Hace unos años preparé el texto que reitero en esta fecha con las citas correspondientes.
En Santa Cruz, hoy debiera ser el Día de la Justicia, justicia proletaria.
Gloria y honor gringo gaucho, hermano Wilkens.
Extraído y resumido de la obra del querido Osvaldo Bayer “La Patagonia Rebelde”.
La fotografía la localicé hace años en el Archivo General de la Nación y es de la serie que muestra la reconstrucción policial.
Temprano, 5:30 de la mañana del 27 de enero de 1923, ya estaba prolijamente vestido con su humilde traje y en viaje hacia su objetivo, hacer justicia por los mil 500 trabajadores asesinados en la lejana Santa Cruz en 1921.
Luego de un par de horas de viaje en tranvía, se bajó en Plaza Italia, caminó por la avenida Santa Fe hasta la calle Fitz Roy, se paró a esperar pacientemente en la esquina enfrente de una farmacia, desde ahí podía ver fácilmente hacia la mitad de cuadra, hacia la casa con el número 2461.
Minutos antes de las ocho sale la persona que esperaba, es el teniente coronel Héctor B. Varela, a su encuentro se dirige ahora por la misma vereda, Kurt Gustav Wilkens, lo enfrenta, arroja entre ambos una bomba de mano preparada por los compañeros anarquistas dejando a los dos aturdidos y heridos pues la explosión fue tremenda, pasan unos segundos del shock ocasionado por la explosión y están ahora frente a frente, Varela aferrado a un árbol, Wilkens parado dificultosamente en sus piernas quebradas por la bomba, mirándolo fijamente a los ojos, con sus ojos celestes claros, Wilkens sacó de su cintura un revólver Colt, el cual descargó por completo en su objetivo. Varela está muerto, bien muerto, Wilkens tendrá las horas contadas desde ese momento, únicamente pronunciará en su mal castellano:
“He vengado a mis hermanos”.
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