(Aunque no andaría mal leerla los hombres)
Queridas compañeras:
Desde que algunos hombres poseedores de la tierra, ganados y los instrumentos de producción establecieron la unidad reproductiva que generase hijos exclusivamente destinados a continuar la propiedad y otros a trabajarla, se instauro el patriarcado, el autoritarismo y la destrucción de la afectividad y la solidaridad que permeaban las comunidades. La aparición de la figura del “pater familias” con su patrimonio privado, o sea, ya no compartiendo como antes se hacia en el matriarcado, y la sujeción de la mujer y los hijos, fue el inicio de las formas estructurales que asume la dominación y que se reproducen en todas partes hasta llegar al “estado”.
Desde esas lejanas épocas la mujer se ha rebelado y escapaba en masa, muchas veces junto a esclavos e hijos, para reconstruir en espacios libertarios la continuidad de las formas comunitarias del ser social. Famosas son en la historia las mujeres guerreras llamadas las amazonas, asi como las heroicas defensoras de la comunidad de Lesbos que fueron pasadas a cuchillo por los valientes machos de los ejércitos patriarcales. También las mujeres escapaban con los ejércitos de esclavos sublevados que se establecían en regiones de difícil acceso a retomar las practicas de vida comunitaria en posesión conjunta de la tierra, de los instrumentos y del resultado de la actividad productiva.
La lucha de la mujer nunca ha sido de igualdad de derechos con los hombres, sino de acabar con las causas de la desigualdad; nunca ha sido por ocupar posiciones reservadas a los hombres, sino de acabar con las estructuras jerárquicas y verticales que permiten posiciones o lugares superiores e inferiores. Algunas han levantado la lucha de la igualdad y hoy las mujeres votan, son presidentes de la república, son parlamentarias, empresarias de éxito, dirigentes políticas o sindicales, etc. pero el mundo esta cada día peor, por lo que esa “igualdad” ha sido una farsa y una ilusión de los vendedores de pomadas.
Ese poder inicial de algunos hombres contra mujeres, hijos y otros hombres, se expreso también en ideología y valores. Por ejemplo, la practica patriarcal de matar a la mujer que se toca con otro hombre, continua como comportamiento usual en muchos hombres de hoy, los dueños de la hembra “eres mía”, “hazme tuyo”, la ha poseído, etc.). Es la llamada reproducción cultural que aun puede realizarse debido a que continúan las mismas estructuras que determinan las conductas y modelan la personalidad. Las religiones vienen a reforzar esto diciendo que el hombre debe casarse con una virgen, como las religiones nacidas de los patriarcas de oriente medio o en Grecia, en que sus representaciones de autoridades divinas obviamente son de viejos patriarcas de barba blanca, imagen fiel de los dueños del poder, como Zeus o Jehová, con hijos primogénitos que continúan su obra.
Otro ejemplo es que el patriarca puede tomar concubinas, como Salmón, que tenia 300 esposas y 700 concubinas, todas de uso exclusivo, o como lo declaran las antiguas leyes romanas, y que hasta hoy se reproduce en prostibulos abarrotados y en millones de desemplead@s de todos los sexos ofreciendo su cuerpo en las calles para calmar el insaciable y privilegiado apetito masculino, claro que hoy existe igualdad de derechos, y por eso deben pagar sin esperar exclusividad, o pagando cuarto y comida u otras cositas para la amante y mientras mas sucursales tenga mas considerado y aplaudido es por los otros machos, mientras la esposa o la denominada mujer oficial, que debe hacer como que no se entera de estos enjuagues so pena de perder pan y pedazo o de recibir un soberano azote, le lava los calzoncillos (previa revisión, es claro, no hay una que no lo haga para tratar de descubrir las huellas del delito), las medias y lo demás, limpia los pelos que deja en la bañera, etc.
Otro ejemplo es que hay religiones que no permiten la unión si no es para procrear, como el famoso caso del obispo católico brasileño que negó el matrimonio de un hombre en silla de ruedas imposibilitado de tener hijos, o el rechazo a la unión afectiva de personas del mismo sexo, en tanto los curas, pastores y obispos se acuestan con quien quieren, lo que me parece muy bien y muy sano, aunque algo hipócrita, saliendo cada cierto tiempo en los diarios la noticia cuando la cosa se excede un tanto de la debida prudencia o se dejan escapar los vicios, como los que les meten mano a menores o dejan grávida a alguna feligresa sembrando la confusión en las creyentes que ya comienzan a desconfiar de que aquí hay gato encerrado.
Y así hay muuuuuchos casos donde esa cosa que llaman ética determina padrones de conducta cuya violación es señalada con el dedo como estigma ante la sociedad que hace la vista gorda con la mayor complicidad de todos y cada uno con esa de guardar las apariencias. La historia de las brujas de Salem es muy linda y muy simbólica, además que fue escrita en la época del macartismo de la caza de brujas comunistas. Es realmente maravilloso como todas se sacan la ropa y danzan quebrando esquemas gritando a la libertad. Así entendemos por que quemaban tanta bruja en la edad media, porque ellas, las malditas, provocan los deseos mas sucios en los inocentes y puros hombres machos fuertes. Así se obliga a las mujeres a una auto- represión que no les permite efectivar constantemente toda la ternura y el amor que llevan dentro, teniendo muchas veces que recurrir al simple expediente de ponerles los cuernos a los redomados y contumaces don juanes. Rebelarse solita, calladita y temblando para no ser descubierta por el orangután. Cuantas mujeres respirando aire puro no se cruzan por las calles por millones después de haber soltado ese grito de libertad y que lindo seria poder mirarse y sonreírse en alegre complicidad.
Poquísimas son las uniones duraderas, y eso lo sabe cualquiera, pero en casos hay que cuidar las formas “todo sea por los hijos”, y los pobres, sin imaginar que es por “su bien”, se ven obligados a vivir en la isla de la fantasía, el paraíso de la mentira, la sociedad del espectáculo, aunque llenos de traumas y complejos por la ausencia de una vida afectiva real. Prácticamente todas las mujeres intentan suplir esa falta de cariño general en esta sociedad gobernada por el frío calculo, haciendo notables esfuerzos en torno a los hijos, ayudándolos, acariciándolos, rodeándolos de afecto y comprensión, para luego lanzarlos a la vida (dije vida?, bueno, podemos usar esa palabra como un simbolismo un tanto metafísico para entendernos) del mundo egoísta que les espera, mirando con ansiedad el camino o la puerta a la hora del regreso (“Ay, por que esta demorando tanto este niño?, “ Será que le ha pasado algo por el camino?”), pero todo eso solo crea un circulo vicioso de amor egoísta y dependencia, el refugio del hogar, que luego es el pretexto para encerrarse entre cuatro paredes lejos de los otros que por su vez están haciendo lo mismo. La mayor parte de los casos atendidos por psicólogos, las llamadas enfermedades mentales, que se extienden por el mundo como reguero de pólvora, son derivadas de las condiciones del actual sistema, sus estructuras y los comportamientos que deben someterse a ellas. Vivimos separados unos de los otros, con momentáneas ráfagas (o tiro a tiro) de amor y ternura muy de tanto en tanto, mientras construimos nuestra personalidad la mayor parte del tiempo sin practicar plenamente los sentimientos, ya que tenerlos adentro es una mala costumbre que deforma.
Todo ello obliga a muchas mujeres a adecuarse para sobrevivir, adaptarse a las circunstancias y enseñar a los demás a ser como corderos, he ahí otro grande objetivo perseguido por la dominación, asumen el mundo como esta, bajar la cabeza y hacer lo mejor posible con sus hijos y consigo misma, soportando al energúmeno que llega cargado de bebida y distribuyendo mamporros a diestra y siniestra, porque ha estado trabajando o buscando empleo o robando alguna cosa y ha tenido que desahogar con los amigos en el bar, quejándose de las cosas, a veces de la explotación del capitalismo sin importarse un pepino por la dominación y explotación de la mujer que el mismo realiza. Muchos hijos escapan a la libertad de la calle y los agentes del estado los devuelven a la prisión de la paz del hogar.
Las mujeres mas cultas, por decirlo así, o que han estudiado en la universidad, organizan el feminismo y se lanzan a la batalla contra los hombres, el machismo y la dominación masculina sin tocar un pelo de las estructuras que reproducen esas actitudes. Otras mas sutiles se van por la discusión del genero y los roles, o sea las funciones de cada sexo establecidas por el poder y reiteradas por la costumbre, y así vamos, pero sin practica colectiva que establezca y repita otras formas de comportamiento, esos intentos de concientización están destinados al fracaso. Nada conseguirán los “conscientes” que llevan dos vidas, la intima, personal y familiar, y la vida transitoria de colectivos destinados a “cambiar las cosas”, pues en sus espacios privados difícilmente pueden poner en practica los principios colectivos que solo se realizan cuando y donde hay justamente derribar gobiernos o decretos anti-populares, acumulando fuerzas y colectividad actuante y permanente. No es posible modificar esos comportamientos sin alterar las estructuras que los crean, mantienen y estimulan, como ha pasado, por ejemplo, en los países del socialismo real, que conservando las mismas estructuras salieron de la experiencia aun mas machistas y autoritarios que antes. Por eso parece conveniente aprender de las primeras mujeres luchadoras, que no perdían el tiempo en intentar convencer a los hombres, sino que partían con todo, con hijos, esclavos, otros hombres, otras mujeres, a vivir plenamente la libertad del ser.
Hoy día eso por fin es posible nuevamente, pues en los mas diversos países se agrupan hombres y mujeres en resistencia, ya no a operar instrumentos orgánicos o ideológicos dentro las estructuras vigentes, sino construyendo espacios propios, fuera de las instituciones, reuniéndose entre todos cara a cara y no en fila mirándose las espaldas para votar, sino dialogando e intercambiando ideas tomando decisiones que afectan a la vida de todos, esto es, espacios libertarios donde la mujer se crece y se proyecta grandemente en la comunicación horizontal afectiva y respetuosa con los hombres, donde es posible tomarse de las manos y hacer circular con intensidad toda la ternura acumulada, cuidar a los hijos entre muchos mostrando para ellos la escuela de la nueva vida donde la solidaridad, el apoyo mutuo, la lucha y el abrazo son la mejor educación posible, donde el cariño cotidiano de muchos permite a los hijos crecer con una personalidad mas sólida y generosa, sin tener que repetir las brutalidades de los muchachones que cuando pasa una chica deben bombardearla de insolencias y alusiones sin respeto, que obligan al hijo a “ser como los otros” y ya va detrás de una para salir de perdedores.
Hay mucho que aprender de esas comunidades en resistencia, pero se necesita que las mujeres que aun no están en ello entiendan que su emancipación y la de sus hijos pasa por salir a la lucha de constituir nuevas comunidades en su barrio o donde sea, que unas conversen con otras y tomen la iniciativa de convocar a una asamblea de barrio o de cuadra o donde sea, siempre que sea un terreno o espacio territorial que permita la convivencia cotidiana de los vecinos, que analicen los problemas del barrio y la realidad del desempleo, que hagan ollas comunes o comedores populares. No importa que comiencen cinco compañeras con sus hijos, las y los demás se van a acercar poco a poco. Para eso no se necesitan lideres ni ideologías, sino la disposición de escuchar, acoger, pensar, sentir, decir y saber que los otros también escuchan, acogen, piensan, sienten y dicen, tejiendo entre todos una maravillosa red de pensamientos, decires y sentimientos.
Esas comunidades son las que están cambiando el mundo hoy ocupando tierras urbanas y rurales, levantando barricadas, saliendo a las calles del barrio en las convocatorias de acción global o marchando en multitudes a levantando la Autogestión.
Pero sin ustedes esa tarea esta destinada al fracaso.
Por eso, hasta la próxima barricada, o flor, o beso, es lo mismo.
Abrazos.
Profesor J.