El régimen de Ahmadinejad retrocedió en su decisión de condenar a Sakineh Mohammadi Ashtiani a morir lapidada por serle infiel a su marido, tras las fuertes críticas recibidas por la comunidad internacional.
El jefe de la justicia en la provincia iraní de Azerbaiyan Sharghi, Malek Azhdar Sharifi, afirmó hoy que el jefe del Poder Judicial iraní ha suspendido la sentencia de muerte por lapidación contra una mujer de 43 años, Sakine Mohamadi, culpable de adulterio.
“A pesar de que la sentencia de la muerte contra Mohamadi está ratificada y es aplicable ha sido suspendida por una orden del jefe del Poder Judicial y no se aplica de momento”, dijo Sharifi según la agencia de noticias Irna.
El alto cargo de la justicia local en Azerbaiyan Sharghi añadió que, sin embargo, esta sentencia es aplicable si así lo decide el jefe del Poder Judicial, el ayatolá Sadegh Lariyani.
“La justicia iraní está decidida a aplicar la justicia y la sentencia contra Mohamadi si así lo decida el jefe del Poder Judicial sin hacer caso a la polémica surgida en Occidente”, agregó.
Sharifi dijo además que la sentencia contra Mohamadi no es únicamente por haber mantenido relaciones sexuales extramatrimoniales sino que la acusada ha cometido también numerosos crímenes.
“Lamentablemente no podemos explicar la forma en que ha asesinado a su propio marido para que la opinión pública conozca lo cruel que es esta mujer”, dijo el jefe de la justicia de la provincia iraní de Azerbaiyan Sharghi.
Sakine Mohamadi Ashtiani fue sentenciada a la lapidación hace cuatro años atrás por un tribunal de Tabriz, capital de la provincia de Azerbaiyan Sharghi, en el noroeste de Irán, por un supuesto delito de mantener relaciones sexuales extramatrimoniales.
En Irán existen más de 100 delitos que puede ser castigadas por la pena capital entre ellos el adulterio, el tráfico de drogas, el asesinato, el robo armado y terrorismo.
La decisión de ejecutar a Sakineh Mohammadi Ashtiani por lapidación causó indignación en todo el mundo cuando fue dada a conocer por su abogado, que había advertido que la ejecución era inminente.
El anuncio de la revisión de la condena fue hecho por Mohammad Javad Larijani, responsable del sector de derechos humanos del aparato judicial iraní citado por la agencia Irna.
Larijani dijo que el jefe de la magistratura, su hermano y ayatolá Sadeq Larijani, considera oportuno aplicar “penas sustitutivas a la lapidación”, aunque no precisó cuáles.
El abogado de la mujer, Mohammad Mostafai, dijo no estar al tanto de ninguna novedad en el caso.
Sakineh Mohammadi Ashtiani está recluida desde 2006 en la prisión de Tabriz, en el noroeste de Irán. Ese año fue condenada a recibir 90 latigazos por haber mantenido relaciones sexuales con dos hombres después de la muerte de su marido.
Tras recibir la pena corporal, otro juez cambió la sentencia y la condenó a la lapidación.
Además, Mostafai dijo que tampoco pudo ponerse en contacto con algún exponente de la magistratura, dado que hoy en Irán es día de festividad religiosa, luego de la jornada de reposo del viernes.
Las organizaciones internacionales para los derechos humanos y los gobiernos que se movilizaron para pedir a Teherán de cancelar la condena a muerte temen que aquél anuncio de revisión de la condena obedezca en realidad a un simple cambio de método de ejecución.
Los Estados Unidos por su parte expresaron su rechazo a una condena a muerte por adulterio con cualquier método. A su vez, la responsable de la diplomacia europea, Catherine Ashton, dijo que se sentiría “particularmente complacida” si la vida de la mujer es salvada.
El Times lanzó otra campaña para salvar la vida de la mujer, con la publicación de una carta abierta firmada por unas 80 figuras, entre ellas los actores estadounidenses Robert De Niro y Robert Redford, la actriz francesa Juliette Binoche y el filósofo francés Bernard-Henri Levy. Irán, junto a China, es uno de los países donde cada año se aplican más condenas a muerte. El régimen de Teherán prevé la pena capital para varios delitos, entre ellos el narcotráfico, la violación y el asesinato.
La sentencia se basa en el código penal iraní implementado en 1979 tras la Revolución Islámica. Impone lapidación para adúlteros, pero están quienes dicen que no existe base religiosa para penar de ese modo el adulterio.