Sola

los ojos de Mercedes me miraron fijos, duros. Su dedo índice me apuntó con el pulgar erguido, los dedos meñique, anular y mayor encogidos, “si no modificas esa actitud rebelde te vas a quedar sola” sentenció.

y en seguida vino a mí la imagen de las mujeres responsables de mi formación, madre, abuela, tías, maestras, profesoras, psicólogas, alguna que otra amiga, “detrás de todo gran hombre, hay una gran mujer”, detrás, detrás, detrás, el eco las avala.

y sí pensé, sola, para despertar cada mañana en brazos del hombre elegido, para disfrutar de mi sexualidad, para hacer el amor, sin la indignidad del amor oficial.

sola, para ver como mi hijo empieza a volar al gozo de la vida.

sola, para compartir con lxs cumpas la lucha cotidiana en la construcción de una sociedad basada en la libertad, la alegría, la amistad, el diálogo, la solidaridad, sin sometimientos, sin jerarquías.

sola, para tener tiempo libre y compartir un mate, un café, un sueño, un poema, un libro con los afectos de siempre y los que nacen cada día.

sola, para aprender a dialogar conmigo misma y a partir de ese aprendizaje poder escuchar sin prejuicios a lxs demás.

sola, para reconocer mi visceralidad, para descartar la racionalidad que paraliza y así poder desatar las ataduras inculcadas a través de los años y desobedecer todas las órdenes que no provengan de mi interior.

sola, para desaprender el arte de seducir, de gustar, de engañar, de manipular y así poder comunicarme sin hipocresía.

sola, para reconocerme y defenderme de la mirada que me convierte en el objeto que lxs otros necesitan que yo sea.

sola, para soportar las contradicciones que me brotan a diario en esta obstinación de tratar de ser feliz en un mundo infeliz.

sola, para no pretender ser la mejor de todxs sino intentar ser la mejor de todas las mujeres que hay en mí.

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