Manifiesto de un cuerpo revoluto, feminista y guarro

Me manifiesto contra la Historia de mi cuerpo, la que se ha esperado sea y la que se espera devendrá. Me manifiesto contra la Historia de mi cuerpo, como ejemplo de la Historia de muchos otros, la cual ha intentado (y en muchos casos logrado) incorporar en mi carne ideas ajenas, foráneas, abstractas, irreales, solo posibles en el marco de la imposición. Me manifiesto porque esa Historia no tiene mi nombre, pero anhela mi cuerpo; una historia patriarcal, heterosexual y moderna; una Historia de penes, costillas y “hombres de ciencia”. Me manifiesto porque esa Historia ha buscado y sigue buscando hacerme parir la dominación sobre mi cuerpo y muchos otros. Me manifiesto porque no se me da la gana seguir viviendo esa Historia como si fuera mía. Me manifiesto porque no me interesa saber cómo debo producir, reproducir, manejar, aislar, ocultar e inexplorar mi cuerpo; nunca silente, siempre acallado. Me manifiesto, porque siempre ha buscado hacer de mí, mi más poderosa enemiga.

Me manifiesto contra esa Historia vestida de Verdad, aquella que me aleja del mundo y evita que mi cuerpo sea amigo de los microbios, las bacterias y el frío. Me manifiesto por tener que cubrirme con la excusa de la ciencia, me manifiesto por aquella moralidad oculta tras investigaciones y desinfectantes que han vuelto al mundo alérgico a sí mismo. Me manifiesto contra la higiene y el temor que nos infunde. Me manifiesto porque mi cuerpo y mis mocos tienen derecho a existir.

Me manifiesto en contra de la Naturaleza de los cuerpos, esa que busca hacerme parte de la regularidad, y medirme en estadísticas y graficas; en metros y centímetros; en kilos y gramos; en 38B y XS. Me manifiesto por lo esquizofrénico del sistema que me habla, que siempre me habla, y que cuando no, se torna eco, en todas las voces, en mi médica y en mi padre. Me manifiesto contra un cuerpo Natural; me manifiesto en contra de todo lo que debo hacer para lograrlo. Me manifiesto porque mi cuerpo no hace caso y me habla, y me cuenta vívidamente lo común de la irregularidad en él y en mí. Me manifiesto porque mi cuerpo no tiene porqué ser mecánico, deseable, apretado y sin estrías. Me manifiesto porque en toda mi irregularidad, mi cuerpo y yo, somos mi historia, somos resistencia.

Me manifiesto en contra de que mi cuerpo haga presencia solamente en calidad de útero. Me manifiesto en contra de verme fecunda y caderona. Me manifiesto a favor de mis decisiones y a favor de mis impulsos. Me manifiesto con la “T” antes o hasta 5 días después. Me manifiesto por mi derecho a abortar y que por decisión propia no fecundaré el crecimiento poblacional de una Historia que se obsesiona con mi útero y las estadísticas que de él genera. Me manifiesto porque indudablemente lo que pare mi cuerpo es vida, y engendrar es opción.

Me manifiesto en contra de cerrar las piernas, pero más aún, en contra de cuando se nos ha dicho podemos abrirlas. Me manifiesto en contra de pensar que solo debo desplegar la unión entre mis femures y mi coxis para tirar, parir y estirar en clase de educación física. Me manifiesto en contra de que eduquen mi cuerpo en su calidad de cuerpo para parirme a mi misma señorita. Me manifiesto porque la apertura de una articulación no dice nada de mí, pero sí mucho de esa Historia que no es mía. Me manifiesto a favor del cuerpo como experiencia del mundo, como aprendizaje de mí.

Me manifiesto en contra de que mi cuerpo sea deseado como cuerpo y que nunca sea vista su corporalidad, la mía. Me manifiesto en contra de que sea negada. Me manifiesto a favor de explorarla. Me manifiesto a favor de explorarme lo que sea necesario para nunca agotarla. Me manifiesto a favor de mi clítoris, mis orejas y la parte baja de mi espalda. Me manifiesto en contra de la tiranía que esa Historia le ha otorgado a mi vagina y los gemidos porno que me ha enseñado a producir. Me manifiesto a favor de los dedos encalambrados, los sonidos irreconocibles y el cuerpo vuelto inmundicia. Me manifiesto a favor de mi cuerpo, mi territorio, mi historia.

Me manifiesto porque mi cuerpo también es mundo y esa Historia quiere ocultarselo al todxs, hasta a mí. Me manifiesto porque más que esconderlo tras faldas largas y faldas cortas, oculta lo oloroso y viscoso. Me manifiesto en contra del desodorante, los jabones vaginales y los pedos silenciados. Por esto, más que nada, me manifiesto por, a través y con mi cuerpo, aquel que nunca me ha abandonado. Aquel que se manifiesta con gases y flatulencias; aquel que mea y caga, aquel que suda y huele a lo que come y toma; aquel que es incontinente y baboso, aquel que se viene y vomita, aquel que es cuerpo y mundo. Me manifiesto porque mi cuerpo es mundo al ser mi relación y sensación con todo lo que somos y no somos yo, una relación anclada y productora de mi subjetividad. Mi cuerpo y yo nos manifestamos, en el hoy y en el ahora, en contra del pasado y sus imágenes de futuro; porque esa Historia no tiene mi nombre, pero anhela mi cuerpo.

Mónica Contreras

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