LA GUERRA DE CUARTA GENERACIÓN EN EL CAMPO SOCIAL

“En todo, siempre el color es del cristal con qué se mira”.
Dicho esto, a modo de introducción, pretendo pasar a analizar y dar una opinión sobre los recientes acontecimientos sucedidos en la ciudad de Córdoba capital por los saqueos de una cantidad limitada de supermercados y negocios minoristas. Lo cual nos está señalando lo dramático del fenómeno social por un lado y la seria duda y sospecha de que han sido manipulados intencionalmente los hechos partiendo del acuartelamiento de las fuerzas policiales por la razón de una reivindicación económica de dichas fuerzas.

El retiro de la policía abrió paso a “zonas expuestas” a la rapiña y el saqueo por parte de un sector minúsculo del pueblo desposeído, estimulados por elementos de la contrainsurgencia política y policial con la idea no sólo acelerar el éxito de la “huelga policial”, sino además, para comenzar a instalar la lógica de lo que pasó en llamarse desde la “inteligencia internacional” hace ya un tiempo, la Guerra de la Cuarta Generación en el campo social. ¿Y en qué consiste dicho proceso? Y ¿Para qué? Veamos.

Durante casi todo el siglo XX el capitalismo sometió a la clase trabajadora a un mercado de empleo de mano de obra barata en el cual millones de trabajadoras y trabajadores pasaron a ser desocupados del trabajo activo. Durante décadas los despidos se realizaban intencionalmente para crear un mercado de la oferta y la demanda laboral y de acuerdo a ello (“ley” capitalista sobre la base de los hechos de demanda) colocar el precio de la fuerza de trabajo para la ocupación de esos precisos puestos.

Una legión de trabajadores sin ocupación le permitió a las patronales poner el “precio de la mano de obra” más barata y ofrecía el puesto de trabajo a quienes se sometieran a estas propuestas. Así un ejército de desocupados pujaba por tener trabajo fijo para sus sustentos. Durante casi cien años se vio un deambular de los trabajadores desocupados por bolsas de trabajo y agencias para aceptar el más bajo salario que se les ofrecía antes que nada, lo que se llamó e instaló durante mucho tiempo como “preferencia temporal” y como herramienta manipuladora de los trabajadores.

El desarrollo industrial a partir de los años ´30 y fundamentalmente durante el gran “destape” científico-tecnológico que adquirieron las industrias manufactureras, trajo como consecuencia de su instalación en el mundo de la producción, grandes desplazamientos de desocupados, pues a diferencia a años anteriores, el capitalismo ya no lo hacía para abaratar la mano de obra, pues la tecnología comenzaba a suplir esa problemática, sí para poseer un “nuevo ejército” de desocupados en condiciones extremadamente pauperizadas y conformar una legión cosificada de individuos para cualquier tipo de tareas, es decir, poder ser utilizados en un momento dado como contraposición a quienes lucharan en contra de los intereses del mercado laboral y de bienes.

Esta nueva herramienta manipuladora también se ha instalado en la Argentina desde hace ya tiempo y no se trata sólo de una “generación espontánea” estimulada en los sectores más desposeídos, que por necesidades de vida, aceptan y toman cualquier iniciativa que les fogonean. Se trata en realidad de un proceso inducido hacia esas capas sociales necesitadas como una nueva herramienta que tiene el capitalismo de manipulación de las conciencias y el nuevo “teatro de operaciones” comienza a estimularse desde los sectores más desposeídos y por ende, más necesitados.

Usan a estas nuevas generaciones de desplazados (y no de desclazados como algunos los califican reaccionariamente) para realizar tareas que son parte de su estrategia general de dominación social. Más allá de como los medios de comunicaciones la llamen, más allá de las asociaciones que hagan de estos sectores de desplazados del trabajo activo con el “crimen organizado”, como se comienzan a decir ahora a la nueva modernidad del narcotráfico (amparado por el estado, jueces, políticos y todas las fuerzas represivas), todos son parte de una estrategia global de la inteligencia al servicio del sistema capitalista de explotación y usan a parte del proletariado desplazado de los centros de trabajo como fuerza de choque caótica, específicamente de sectores en pugna del poder político y además, estas acciones siempre van dirigidas al consciente y el inconsciente colectivo del pueblo productor con la idea individualista y disociadora del “sálvese quien pueda” y del nunca abolido “no te metas”.

En ese marco se ha instalado la Guerra de Cuarta Generación y para entender lo que hay detrás de ella (el objetivo y los actores encubiertos) de lo que hoy se presentan como “rebeliones espontáneas” o como “vándalos de delincuentes” usados con diferentes propósitos desestabilizadores, por “izquierda y por derecha”, son parte de una nueva estrategia del capitalismo, que instaló el campo de batalla en la cabeza de los gobernados y desplazados del sistema.

Esto es parte de la Guerra Psicológica que ya no está en manos exclusiva de militares sino de expertos en comunicaciones, insurgencia y contrainsurgencia y que han sustituido las operaciones militares por las psicológicas mediáticas como arma estratégica de confusión.

Y esto ha sido posible, por una parte, porque el movimiento obrero organizado no juega el papel que tendría que jugar en estos tiempos, para contrarrestar estos tipos de operaciones y para esclarecer a la población en general de qué tipo de intereses encubren estas acciones psicológicas con trasfondo político, pues el nuevo teatro de operaciones y su blanco es el “cerebro” de la población, fundamentalmente la clase trabajadora.

Como en la guerra militar el plan de guerra psicológica está destinado a “eliminar, controlar o asimilar al enemigo”. El control social se convierte en una eficiente estrategia para la dominación sin el uso de las armas y a diferencia de la guerra convencional, esta guerra se desarrolla en teatros de operaciones tanto de los desposeídos como también en otra franja de la población considerada de los sectores medios. Es decir, una guerra que en el fondo hace enfrentar a los sectores desplazados y excluido contra los que “algo” poseen. Una verdadera incitación a la fragmentación de la sociedad aún más profunda y alejarlas de la conciencia de clase, la más potentes de las ideas para defendernos de este esclavismo capitalista.
Los anarquistas miramos esta cuestión no como un simple “fenómeno sociológico”, que en realidad es creado, sino como parte de una estrategia globalizada de control sobre las sociedades, para que sus sectores más activos, los trabajadores, no se desplacen por fuera de la lógica de gobernabilidad y de la finalidad capitalista de continuar manteniendo el sometimiento de las fuerzas productoras.

Estos sucesos continuarán repitiéndose, sin ninguna duda, y porque son parte del ensayo de una comedia doméstica que se nos quiere hacer aparecer como parte de una acción desestabilizadora de diferentes estamentos políticos y económicos y de internas dentro del poder político, pero que en realidad son las contradicciones de un sistema en la puja de poder y para ello han “echado mano” sobre la parte más vulnerable de la población, los que están sufriendo en “carne viva” el despojo y la domesticación de su estado social.

Apenas un ensayo que van a tratar de generalizarlo y en esa tarea está comprometido el “estado jurídico-político”. Necesitan la justificación de la represión y ya se verá, más temprano que tarde como se harán decir “patria” y prepararse a matar como lo hizo siempre el estado en contra de los desposeído, de los explotados y expoliados, que antes justificaban con los argumentos del “orden establecido”, por la burguesía, claro está y ahora apelarán a la “democracia” como “agua bendita” caída desde el cielo.

Los que luchamos por otra forma de ordenar a la sociedad tenemos otra visión del problema y acordamos la frase del poeta popular Enrique Cadícamo que manifiesta: “En todo, siempre el color es del cristal con qué se mira”. Y el nuestro es el de la Libertad y la Igualdad, es desde la Solidaridad y la Ayuda Mutua hacia los que sufren el dolor de los despojos y hacia las trabajadoras y trabajadores que luchan siempre con dignidad de querer ser hombres y mujeres Libres e Iguales.

¡No compramos lo que nos quieren vender desde los medios del sistema!

Campi
Sábado 7 de noviembre de 2013

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