La dignidad es desobedecer – Anarquismo, por Christian Ferrer

¿Qué es un anarquista?

-En principio la palabra suena indecorosa. La gente por lo general cree que el anarquista es una especie de terrorista nihilista que no cree en nada y que quiere destruir todo, o bien una persona que quiere cortar el tránsito e impedir que las cosas circulen normalmente, pero bueno, ¿qué es lo que la gente no cree, no?

-¿Cuál es el origen de la palabra?

-La utiliza por primera vez Prudhon en 1848, como una toma de
posición insolente en relación a una sociedad en la que todos eran republicanos, demócratas, monárquicos, utopistas, etc. proponía una organización de la sociedad por sus propios habitantes sin coacción señorial, estatal, sin fiscalización por parte de la jerarquía y el estado. Desde entonces se la considera como aquello que es antípoda de los intereses de la jerarquía ya que la palabra quiere decir sin autoridad, pero al mismo tiempo significa sin fundamento, sin ar-que; es decir persona que se organiza en la sociedad sin ningún tipo de fundamento filosófico sustancial, sino que lo hace conjuntamente con los otros en relación a tareas sociales. Que no lo hace por los otros o contra los otros, tarea del cristiano o del liberalismo, sino que hace con los otros.

-¿El enemigo del anarquista es el Estado?

-No, es la jerarquía, de hecho puede desaparecer el Estado y seguir existiendo las jerarquías tales como las grandes corporaciones multinacionales y la Iglesia católica. La jerarquía, por otra parte, está en todos lados, mientras que el estado no.

-Incluso en los partidos políticos de izquierda

-En todos los aspectos de la vida cotidiana.

-¿Dónde no está la jerarquía, Christian?

-Los anarquistas localizaron zonas sociales donde la jerarquía no funciona. Donde la gente se organiza sin ella o al menos sin una jerarquía demasiado institucionalizada, donde el principio de soberanía estatal fundado en la jerarquía no funcionaba como, por ejemplo, ciertas invenciones comunitarias como la amistad: es muy raro encontrar a un grupo de amigos donde alguno de ellos funcione como jefe, puede haber mayor influencia por parte de alguno, pero la influencia no es necesariamente mala, lo malo es cuando se transforma en una institución aceptada por los demás y así se organiza una especie de diminuto aparato estatal. El problema es cuando aparecen las leyes.

-¿Qué otros ejemplos?

-El amor es otra invención sin jerarquías, las cooperativas, los grupos de trabajo efímeros e instantáneos que se aglomeran a través de un objetivo puntual y se desintegran una vez resuelto el objetivo, grupos militantes o teóricos que cuando ven que se están institucionalizando se disuelven.

-¿Estas invenciones sociales suelen ser efímeras?

-No necesariamente. Paul Valery decía que no se puede hacer política cuando se considera al semejante como un amigo pues, o bien se trataría de seducir su conciencia y por lo tanto engañarlo, o bien se trataría de tomarlo como objeto de políticas públicas y por lo tanto tratarlo como un número. La política es la representación de intereses a través del estado.

LA SOCIEDAD DE LOS AMIGOS VIVOS

-¿Cuál es el ideal de la sociedad anarquista?

-El de la sociedad filial, la de amigos, donde desaparecerían las fidelidades institucionales y las obligatorias. La misma constitución de grupos anarquistas lo explican, ya que se denominan grupos de afinidad donde los compañeros se reúnen porque se sienten bien con el otro. Por lo tanto lo que el anarquismo quiso imponer como sueño fue la posibilidad de una sociedad primitiva, o bien a la sociedad virtuosa de los griegos en la Grecia del siglo V antes de Cristo, una sociedad donde las relaciones filiales fueron fundadoras de una sociabilidad.

-Sociedades dentro de sociedades.

-Era, y aún lo es, un sueño maximalista y se funda en la idea de la disolución de la familia tal como la conocemos hoy día en la formación de nuevas familias no vinculadas por reglas de sangre sino por afinidades selectivas. Se funda en la idea de que los niños pueden ser educados por más o por menos de 2 personas, se funda en la idea de que la sociedad debe estar permanentemente autoinventándose, autorganizándose: digamos que es un sueño mayúsculo.

-El anarquista debe ser necesariamente un rebelde.

-La palabra rebelde no goza de buena salud, por un lado porque aparece como una actitud adolescente, infantil; por otra parte porque aparece como una actitud de época donde todo el mundo es rebelde para luego, con la madurez, dejar de serlo. Ser joven no es lo mismo que ser anarquista. Toda persona está dotada de una fuerza pulsional enorme, hiperactividad. La sociedad tiene formas de invalidar esa fuerza mediante el trabajo, el consorte y la carrera universitaria: tres grandes formas de invalidación de la energía juvenil. Por lo tanto una persona no es que sea anarquista, ocurre que está o no está anarquista, hay un momento en que la persona se rebela.

-¿Cómo lo hace un anarquista permanente?

-+El anarquista tiene el privilegio, si se quiere, de conocer a conciencia, las claves que permiten que uno domine sobre otro y por lo tanto su rebeldía es más bien lúcida frente, por ejemplo, la falta de justicia. En otras palabras contra la dominación y la jerarquía+.

LA EXTINCIÓN DE LA REBELDÍA

-Una rebeldía más educada.

-En ese sentido también sabe que forma parte de una raza en extinción, porque paralelamente los sentimientos de lealtad del habitante hacia el estado crecen por momentos de forma alarmante y condena al anarquista.

-¿Por qué sucede esto, si motivos para 1a rebeldía son los que abundan?

-Porque estamos educados en base al respeto por las autoridades y tenemos al estado metido en el inconsciente. La sola idea de vivir sin estado produce una especie de pánico, salto al vacío. Resulta impensable. Entonces la idea es que el estado es malo pero que hay gobiernos menos malos que otros, desde ese punto de vista Mussolini es menos malo que Hitler, por ejemplo.

-Los anarquistas no tienen miedo, no sufren de pánico.

-Aparece en aquellos que se acercan al anarquismo desde un punto de vista teórico, sienten una especie de vértigo. Por eso muchos teóricos prefieren no tenerlo en cuenta y lo consideren poco sofisticado. La teoría anarco efectivamente causa pánico, y a veces resulta ser la retórica de las propias pasiones. El anarquista también es un ser molesto en la sociedad porque es una especie de testigo que recuerda que la vida sin estado es posible.

-¿Cómo funcionaría una sociedad anarquista de millones de personas?

-Malatesta dijo: no tengo la menor idea, es algo que decidirá la gente. Por eso el anarquista se propuso más una tarea de pedagogía cultural, de contagio en algunos casos, que la revolución, ya que la revolución es imposible si la gran mayoría de las personas no son anarquistas.

-¿No es un poco atormentado ser anarquista?

-+Mas bien el anarquista es un ave que siempre trae la tormenta.+

-Mas bien tormentoso, entonces.

-+La soledad es uno de sus riesgos porque él produce escándalo, porqué afirma que se puede vivir sin todo lo que los demás viven y por otra parte se niega a vivir los ordenamientos bajo los cuales viven los demás. +

-¿No es el anarquismo un espacio de mayor intelectualidad que acción?

-Nunca fue un movimiento anti-intelectual o antiliberesco, por el contrario. No había nada más valioso para un anarquista de principios de siglo que sus libros. De todos modos en la época del ’60 tiene una etapa anti-intelectual a través del ingreso de la contracultura americana y los efectos de mayo del ’68 en París: la intelectualidad del anti-intelectualismo que, en definitiva, fue la intención de Dios en el Paraíso cuando le dijo a Adán y Eva que mientras se mantengan imbéciles todo les iría bien, pero que no se atrevan a comer del árbol de la ciencia. Justamente el anarquismo nace a través de la actitud de Eva, su desobediencia. Todo acto de desobediencia consigue un acto de ciencia, de conocimiento. Ahora bien, el anarquismo nunca fue un movimiento intelectualizado como sí lo fue el marxismo, en el sentido que tenía un libro sagrado de cabecera, El Capital. A1 anarquista le bastaba con saber las tres o cuatro claves fundamentales. Creo que fue una virtud, porque mientras otros grupos han desaparecido por haber tenido una seguridad teórica muy grande y justamente por haber confundido a su mapa teórico con su territorio, el anarquismo fue más capaz de adecuarse al territorio. El defecto fue que muchas veces estas claves explicativas eran demasiado estrechas como para comprender nuevos fenómenos sociales o nuevas reformulaciones en los sistemas de dominación; así funcionaba como una virtud y un defecto a la vez.

-¿En qué se diferencia la rebelión anarquista de la marxista?

-En que el marxismo representa a un río caudaloso que se va acercando a un mar, que es la revolución. El anarquismo, en cambio, tiene la imagen del agua que se infiltra por los poros de la tierra y vuelve a aparecer como un gisel cuando nadie se lo espera, son pequeños arroyos que confluyen sobre una gran vertiente y modifican su color.

-¿No está como frivolizado el ideal libertario?

-Apareció un anarquismo Chic, era bien visto ser anarquista en ciertos ambientes esteticoides y bohemios. Esto ocurre ya que al derrumbarse ideologías que en la década del ’60 eran masivas, mucha gente quedó sin ideología y el anarquismo les sirvió como lavatorio de Pilatos y como alternativa de seguir creyendo en algo. De todos modos con pegar cuatro gritos al aire y salir con un aerosol de vez en cuando a la calle no se es anarquista, es caer en el viejo pecado de la juventud: pasar por una juventud pecaminosa para obtener una madurez virtuosa. Algo para asustar a la tía, nada más.

LIBERTARIOS SATÁNICOS

-No hay desafío.

-Si se quiere, no se toma la actitud de Satanás frente a Dios, la misma actitud de rebelión de Eva, no permitir la iniquidad, perder la fe en los dioses para poder desafiarlos: desafiar perder la fe. El anarquista siente que la creación es injusta y el problema no está en el creador mismo, sino en la creación y al mismo tiempo le habla de igual a igual a Dios y en ese sentido el anarquismo es blasfemo. No como el marxista, que cree que Dios no existe. El anarquista cree que Dios existe y si tuviera prueba reales de su existencia, afirmaría creer aún menos en él, porque él construyó mal el mundo, y ese es el problema. Sentirse dislocado en la creación le permite colocarse afuera de ella misma y criticarla. Si se quiere la actitud libertaria es en buena medida demoníaca con respecto a Dios, o el nombre que le corresponde: Estado, jerarquía, injusticia.

-¿La rebeldía no es tan solo un modo de seguir sobreviviendo?

-El Estado lo sabe y por eso crea espacios de fuga, existe el margen porque la institución lo permite en la medida que se dedique a escupir desde el ghetto sin infiltrarse en la médula.

Mitológicamente el Diablo quiere ocupar el lugar de Dios, traducido esto a la idea de dignidad, lo que hace una persona al autoconstruirse como libre es ser Dios ella misma. Pero no para intentar ser un Dios patriarcal y dominante sobre los demás, sino para decirle a los demás que cada uno se transforme en su propio Dios. En el caso de Eva y Prometeo, la dignidad consiste en desobedecer porque desobedeciendo se respeta una necesidad propia, la dignidad consiste en saber cuáles son MIS derechos y no cuales son LOS derechos. La persona que no sabe cuáles son SUS derechos está perdido. Porque no puede fundarse éticamente y saber en qué puede transar y con qué no.

Esto hace que la dignidad humana tenga que ver con una actitud desacralizadora en la medida que me rebelo a los mandatos. Además hay que saber que a la autoridad no le basta con que se sometan a ella, quiere que la amen.

-¿Hay algún modo de evitar la derrota de la rebeldía?

No profesionalizándola, porque cuando se deja de venerar a la estatua, como decía Niesztche, la estatua lo aplasta.

Fuente: Revista Cerdos y Peces; Fernando Almirón

El subrayado es nuestro, kasandrxs

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