A LOS TRABAJADORES DE NEUQUEN

Esa es la lógica de este sistema. Por eso mismo, cada vez que los trabajadores consientes planteamos la abolición de este sistema de explotación humana, hacemos todo lo posible para oponernos a esta forma de vida que nos lleva a la mayor explotación posible. Ese trabajo debemos hacerlo desde nuestras organizaciones impulsando una orientación clara y sincera de quienes son los verdaderos responsables de la dictadura civil en la que estamos sumergidos todos los trabajadores.

El Estado, mas capaz o menos capaz, es el verdadero enemigo, porque defiende los intereses de la clase dominante y garantiza la represión cuando hace falta para escarmentar al pueblo laborioso. Toda intención de sentarse a discutir con los oponentes de los intereses de los trabajadores, que son nuestros enemigos, niega en absoluto el verdadero carácter revolucionario de las organizaciones obreras. Esos enemigos, la
patronal y el Estado con todas sus instituciones, no pueden nunca servirse de la colaboración de los trabajadores para querer, desde ese organismo de la burguesía, provocar reformas que mejoren la dura realidad que se vive.

Cuando los trabajadores ingresan a puestos del poder ejecutivo o intentan hacerlo por medio de las campañas electorales delimitan un sector que pretende cruzar las vallas de la guerra social para sentarse lado a lado con los benefactores de la desigualdad social que recae sobre todos los obreros. Si hacemos una lucha constante para independizar a los sindicatos de los poderes políticos, para tener organismos propios y soberanos de los
trabajadores ¿cómo pretendemos creer que nuestros llamados “representantes” nos defiendan discutiendo con otros representantes de las fuerzas más reaccionarias del país?.

Si a los trabajadores, únicos soberanos en la toma de las decisiones de la vida cotidiana, nos hacen creer que en el parlamento burgués, que es la casa del enemigo, se resuelven nuestros problemas, nos están diciendo que con la mera presencia en la banca legislativa se pueden combatir todos los negociados y planificaciones. Que con la palabra es posible romper todos los pactos preexistentes entre las organizaciones políticas
y económicas dueñas de este país. En realidad nos están mintiendo. La voluntad de los políticos que buscan a toda costa y hace varios años ubicarse en las filas del parlamento, que es una herramienta de la burguesía, es la voluntad de organizaciones políticas impulsadas por estudiantes, intelectuales y trabajadores que los avalan, creyendo que
la revolución es un juego de niños y que la voluntad capitalista del sistema económico y político se quiebra generando “contradicciones” dentro del parlamento. Una cosa en una cosa y otra cosa es otra cosa. Esa confusión termina por banalizar a todos los compañeros asesinados por las instituciones del Estado a las que ahora sus dirigentes
pertenecen. Las organizaciones de trabajadores deben ser verdaderamente
revolucionarias, o de caso contrario, se prestan para la prostitución por el reconocimiento del amo que les da de comer.
Ningún partido político puede argumentar que codeándose con los que nos
exprimen todos los días se puede hacer la revolución.

Para la FORA la explotación que sufrimos es una guerra. El destino de los pueblos se tuerce de verdad o no se tuerce.

A todos los que se dicen representantes obreros los exhortamos a volver al llano, a no dejarse engañar por el juego sucio de la política parlamentaria a riesgo de ser juzgados como verdaderos traidores de la causa obrera.

TRABAJADOR, COMPAÑERO, NO SEAS COMPLICE DEL ENGAÑO.

Sociedad de Resistencia de Oficios Varios de Neuquén
(Adherida a la Federación Obrera Regional Argentina – FORA-AIT)

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